lunes, 23 de mayo de 2011

HE LEÍDO MUCHO DEL TEMA

¿Por qué hay gente que se empeña en hacer el ridículo? 

A veces parece como si la gente no fuera consciente que los otros vemos más allá de sus palabras y detectamos otras cosas. Y una de estas cosas que detectamos es cuando alguien quiere hacerse el entendido en una materia de la que no tiene realmente tanto conocimiento como su discurso puede hacer ver.

Por ejemplo el sábado salimos a cenar. Eramos siete personas. Al pedir siempre llega ese momento que el Sr. Camarero dice: "¿Tomarán vino? Traigo la carta" Y cuando la trae acostumbra a existir el enterado en los vinos de la mesa que con mucha rapidez y astucia coge la carta y se la apropia. Y decide ser el elegido (por el mismo, nadie más) en pedir el vino.

Hola perdona, podrías enterarte qué tipo de vino le gusta a la gente, ¿no crees? A lo mejor no tenemos los mismos gustos. Entonces viene el "Tomaremos... un Rioja del 81... Sí, este." Yo quería vino blanco, pero tranquilidad, me guardo las ganas en mi paladar... ¡Qué narices! 

"Y tomaremos un albariño." Alá, a ver si te das cuenta que somos siete personas no una, y que estaría muy bien que pudiéramos decidir qué queremos beber los otros también. No me gusta que los otros decidan por mi, al menos consulta por quedar bien ni que sea, luego haces un discursito de súper enterado de la vida en los vinos y nos convences de tu elección. 

Luego el momento: "¿Quién lo probará?". A mi no me gusta probar el vino, porque sencillamente reconozco que no tengo ni idea... No hace falta dármelas de enterada por la vida porque no sé nada de nada del tema. Y a veces ves gente que hace toda una parafernalia cuando sabes de sobra saben lo mismo de vinos que de física nuclear: o sea, nada. 

Tengo un amigo que cuando le dan a probar el vino no lo prueba, se lo pone en la oreja, como si lo escuchara. Me hace mucha gracia. En una ocasión, hicimos una trampa y a uno de estos que van de enterados de la vida le decantamos un vino "normal" y en la botella del "normal" pusimos el reserva.

El nos hizo toooda la explicación de por qué se tenía que decantar, que así respira el vino, que si hay que hacerlo con tiempo de antelación, que si se nota la madera y el toca de fruta, etc. Y el pobre no sabía que se estaba bebiendo el "normal", y nosotros disfrutando del reserva... Hasta al final de la cena cuando se lo dijimos. Aún no se lo cree... Cree que le tomamos el pelo, pero era verdad, le hicimos el cambiazo... 

Así que cuidado enteradillos de los temas, a veces os pueden dar el cambiazo en cualquier cosa... 




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