martes, 8 de noviembre de 2011

ESTOY RODEADA...

Una de mis características es que siempre me imagino las cosas de una manera muy gráfica. A veces es una ventaja y a veces es asqueroso. En este caos, puede ser que haya influido mi colección de "Érase una vez... El cuerpo humano" Y lo que me pasa es lo siguiente: estoy en medio de una guerra.

Mis soldados ya se han puesto las protecciones y han cogido las armas para defender el castillo. Pero vienen tropas de muchos pueblos y no sé si resistiremos...

¡Estoy rodeada de gente con gripe, dolor de garganta, mocos, tos, etc! Es cuestión de días, horas o minutos que yo caiga... Y no me da la gana. Me imagino aquella sensación de no poder respirar, con esa dependencia absoluta del paquete de cleanex, ese dolor de cabeza pesado y aun peor, el dolor de garganta al respirar, comer, etc. La comida deja de tener gracia, tanto da que sea salado o soso, uno no nota nada de nada. Y luego las noches, con esa nariz medio tapada que no deja respirar, pero es peor si uno respira con la boca, porque el dolor de garganta aumenta... 

¡No, no me da la gana! Tropas, preparados para la defensa; hay que ser fuerte, resistir. Yo ya procuro no respirar cuando alguien empieza a toser o a estornudar a mi alrededor... Pero me imagino la imagen de los virus propagándose por el aire, a ver qué cuerpo captan para poder destruir... Y lavarse las manos muchas veces, esencial. ¿Han visto alguna vez la imagen de la propagación? Les he puesto la foto por si no lo habían visto. La fuerza es brutal. Y si todas estas partículas quedan en suspensión en el aire y respiro en ese momento, me entran todos los virus... Así que ya saben, aguanten la respiración un poco. Bueno, a no ser que quieran estar enfermos por algún motivo.


De verdad estoy muy preocupada. La gente a mi alrededor puedo lucharla (excepto esos guarros que ni tan siquiera se ponen la mano delante cuando estornudan. Y digo ni tan siquiera, porque deberían hacerlo con un pañuelo, porque luego te dan la mano o preparan la comida y ¡zas!, has perdido la guerra). 

Con quien no puedo luchar es con mi Príncipe. No pienso dejar de darle un beso de buenas noches nunca. Así que tropas: ya podéis hacer amistad con el reino vecino o preparad una buena defensa para el enemigo, porque no pienso dejar de besar por mucha guerra que se libre...



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