martes, 25 de septiembre de 2012

SEMANA HORRIBILIS II

Más o menos os pudistéis hacer una idea de los acontecimientos en 24 horas. La cosa sigue siendo un desastre.

A parte de esto, hoy quiero contaros la comida que hicimos aquel día. Hice un pequeño apunte en el post anterior. Como ya os dije, fue desagradable y surrealista.

Tras los muchos desastres de ese día, decidimos ir a comer fuera. Encontramos un espacio donde aparcar y justo delante había un restaurante pequeño de menús. La verdad es que la idea inicial era ir a una terracita que ya conocemos cerca. Pero decidimos probar a ver qué tal.

Nos sentamos y llega una señora con cara de Rango (no sé si habéis visto la película de dibujos animados). Esa media melena cortada entre las orejas y los hombros, con ojos taciturnos y unos labios perfilados de ese marrón que tanto me desagrada. La mujer estaba fumando. Nos pregunta con una forzada amabilidad:

- ¿Qué queréis majos?

No abre los ojos del todo ni un segundo. No nos trae ni la carta. Supongo que con la pizarrita fuera ya basta.

Nos toma nota: tres platos de melón con jamón y de segundo dos lomos y un pollo. Para beber una botella de vino blanco y una agua fría.

Vuelve a los 5 minutos con manteles individuales y servilletas. La ayudamos a poner las servilletas porque no puede. Eso ya es un poco raro. ¿Por qué tiene tanta poca destreza con las servilletas? Bueno vuelve  con la botella de vino y el abridor. Se dirige a Mi Príncipe y le dice: "Lo abres tu, vale? Graciaaaaass". Y se va.

Mi Príncipe, le responde por supuesto, ningún problema. Pero nos quedamos parados. Llega con los platos. Asco total. Cuando deja los platos en la mesa, vemos que tiene el dedo pulgar dentro de los platos, aprisionando el jamón entre su dedo y el plato. Sólo un corte de melón, no nos vayamos a empachar. Obviamente, la parte pillada por su dedo y su uña amarillenta se quedan sin probar intacta en los platos...

Llegan los segundos. No me lo puedo creer. El trozo de pollo es más pequeño que mi iphone, y igual de grueso también. ¿Me estará llamando gorda? Las patatas fritas, quemadas. Decididamente, no ha sido una buena idea probar este sitio. Me lo como con asco. Las patatas no. 

Viene y nos pide si queremos postre. Nadie quiere postre. Claro,  para que nos traiga una cereza o una nuez, no hace falta. Pedimos cafés. Llega con los cafés, los tres entre las dos manos y me tira encima la mitad del mío... Ni se entera. Pasa de todo la amiga. Entonces lo vemos claro: o va drogada o va borracha. 

Y sí, va drogada hasta las cejas. La imagen es lamentable, patética. Penosa diría yo. Pero penosa que da lástima. Cómo puede ir así a trabajar. Esta señora tiene un problema. Cuando va para dentro choca con los taburetes de la barra y le caen tres al suelo. 

Mi Príncipe entra a pagar. La señora se hace un lío para contar. Finalmente, con ayuda, nos dice el importe. Y cuando se vuelve a sentar mi Príncipe llega a la mesa y nos dice: "Os cobró: son 31,60 euros." Y se queda tan ancha. Le decimos que acabamos de pagar a lo que responde levantando los hombros y con un "vale", nos deja ahí y se larga. 

Nos fuimos. Aunque pudiera ser gracioso en algún momento, no tiene nada de gracioso. Es muy triste que una persona con esta adicción esté ahí. Obviamente no volveremos, ni somos nadie para decirle nada, pero por favor, algún amigo o pariente cercano debería hacer alguna cosa.

domingo, 16 de septiembre de 2012

SEMANA HORRIBILIS I

Bueno, ya va siendo hora que os hablé de la semana fatídica que tanto os nombro. Puedo afirmar sin ninguna duda, que es de las peores semanas del año.

Para que os hagáis un pequeña idea, os contaré poco a poco algunas partes:

23:40 h: A 20 minutos de finalizar la película que estábamos viendo con Mi Príncipe, saltan los plomos de casa. Los dos nos miramos un poco sorprendidos en el sofá. No llueve, no estamos utilizando nada más que la tele y el digital... Vamos a investigar.

00:15 h: Control de daños. No funciona medio salón: no televisión, no video, no digital, no enchufes. No funciona media cocina: no nevera (desastre total, los congelados), no cafetera (más desastre total, ¿yo sin mi café con leche por la mañana?), no funciona la caldera (¿y cómo nos duchamos sin agua caliente?). No podemos hacer nada hasta mañana.

9:00 h: Con un asqueroso café soluble y con mucho ánimo, empiezan las llamadas. Servicios técnicos: "estamos ocupados, mañana vendremos". ¿Cómo? ¿24 horas sin nada de todo esto? Desastre. Decidimos empezar a hacer pruebas. Viene un amigo. Retiramos la nevera amerciana de dos puertas, que pesa como un elefante. Sacamos todo el hielo. La descongelación se iniciará en pocas horas. Conseguimos conectar la nevera en otro enchufe con... Al menos hemos solucionado un tema. Conectamos las cosas y todo sigue petando... ¡Qué desastre!. Ahora no funciona el teléfono de casa...

12:00 h Parece que la avería venga de algo del salón. Cuando cambiamos de enchufe la tele no saltan los plomos. ¡Aleluya! Pasan 10 minutos y todo vuelve a petar... Volvemos a estar al mismo punto del principio. A las 16 vendrá un electricista. Nuevo hallazgo: no hay gas.

13:00 h: Decidimos hacer una parada. Quiero solucionar temas de trabajo. No funciona internet... ¿Pero bueno, algo más? Cojo mi nuevo Ipad3. Al menos con el 3G podremos hacer alguna cosa. Sorpresa: la pantalla se queda blanca. Sólo me faltaba esto. Ya no tengo ipad.

14:00 h: Decidimos ir a comer alguna cosa fuera. Un menú cualquiera. Encontramos aparcamiento y delante un restaurante un poco cutre pero bueno. Hay un menú de diez euros. De verdad que la comida merece un post a parte. Será el siguiente. Absolutamente surrealista.

16:00 h: Ya estamos en casa. Llega el electricista. Seguimos sin internet, electricidad parcial, gas y sin mi Ipad! Decido ir a la Apple Store mientras hacen pruebas. Tras dos horas, salgo de la tienda con un Ipad nuevo. Ya es algo...

18:00 h: Encontramos el problema: es la electroválvula del gas. Ya tenemos luz, pero habrá que solucionar el tema del gas. Con un arreglo rudimentario con una pinza disponemos de gas. 

19:00 h: Por fin solos. Decido ir a nadar al gimnasio. Cuando llevo 5 piscinas se me rompen las gafas. Sin comentarios. Me voy a casa. 

DECIDIDAMENTE, MEJOR NO MOVERME Y NO TENER INICIATIVA PROPIA HOY.


miércoles, 12 de septiembre de 2012

CREAR UN HÁBITO: IR AL GIMNASIO

Así de positiva pongo el título de este post. Porque me voy a felicitar a mi misma: he ido al gimnasio.

Sí, y no una vez, no sólo a tomar un café, no a pasearme por ahí. A hacer deporte. Estoy muy orgullosa de mi misma. Hay que reconocer que me siento muy bien... Y que no pienso dejar de ir. Para crear un hábito debemos repetir esa acción varias veces. No sé exactamente cuánto... Pero estoy segura que voy de camino.

El primer día fue un poco duro, pero muy divertido. Miré las clases que hacen y decidí probar un par de ellas. Así que me plante vestida para matar con mis pantalones corsario y una camiseta de tirantes dispuesta a sudar. 

DÍA 1: A BAILAR

Pues sí, clase de baile (dance fitness). Pero no baile de no sudar. Me gustó la descripción de esta clase porque vi que sería una de esas clases que no pararía ni un segundo. 

Fui el primer día. Pero la gente ya conocía a la profe, así que me hice a la idea de parecer un pato en medio de cisnes... Todas sabrían los pasos y yo no sabría nada de nada. Bueno, da igual. Valor y al toro. Por suerte no éramos muchas. 

Y lo que suponía pasó: la profe no vacila ni un momento. A gritos y con la música a tope dale que te pego, a moverse sin parar. Ritmo en las caderas y explotando de vez en cuando nuestro lado sexy. La verdad, me moría de vergüenza... Eso que una de las paredes sea de cristal me toca mucho las narices. De vez en cuando la gente se para a mirar. Mirones... Bueno, para consolarme, me queda pensar que les gustaría entrar a  hacer la clase pero que no han reunido el valor suficiente. 

Lo que debo destacar es que había allí un par de mujeres de 50 años que se movían espectacularmente. Y cuando a mi los músculos me quemaban del esfuerzo, ellas seguían allí, dándolo todo... Un ejemplo a seguir. Eso quiero yo. 

Por surte no tropecé ni una vez. Eso es un logro muy importante en mi, créanme. Me lo pasé muy bien. Pienso volver todos los días del año. 

Acabé la clase como si me hubieran tirado un cubo de agua encima, pero por mi asombro, sin unas agujetas espectaculares al día siguiente. 

DÍA 2: FRUSTRACIÓN.

Dentro de la semana fatal, me pasó lo siguiente. Fui dispuesta a probar una clase de relajación. Pero al ver que sólo eran dos personas y que más o menos entre su edad y la mía como mínimo nos separaban 20 años, decidí no entrar... Así que dije, pues nada, a nadar. Vuelvo al vestidor. La señora que está allí debe pensar que soy un poco despistada. Llego y me pongo de deporte y luego a los 10 minutos vuelvo a entrar y me pongo el bañador...

Me pongo el bañador y me dirijo a la piscina. Eso de cruzar el gimnasio con bañador y toalla no me gusta nada. Sin dudar ni una momento, me pongo el gorro, voy a la ducha y al agua patos. Qué fría... Bueno, no hay dolor. Vamos a nadar. A mi lado izquierdo una chica que no ha parado des de que he llegado... A mi derecha un señor que tampoco para. Qué puestos están todos... Eso de ser visiblemente la principiante siempre es un poco agotador.

Me pongo mis super gafas y a nadar. 1, 2, 3, 4 piscinas. Tengo que parar. Me ahogo... Me muero. Control del entorno. ¡Todavía no han parado! Qué fuerte... Bueno va, seguimos: 1, 2,... Y llegó el drama. Se me rompen las gafas... ¿Eso es un complot para parecer más tonta todavía? Examino las gafas. Imposible de arreglar. Bueno... Lo probaré sin ellas. Imposible. No puedo abrir los ojos y seguro que no voy recta... Acabar chocando con uno de los profesionales de mi lado izquierdo o derecho ya sería el súmmum. Bueno, paro. No puedo hacer más... 

Intento salir de ahí sin que nadie note mi presencia... Y cuando estoy fuera me fijo en una clase que están dando con música, steps, cuerdas, etc. ¡Yo quiero eso! Van a tope pero me gusta. Pienso ir a la próxima, porque cambiarme por tercera vez ya es demasiado...

De momento abandono. Pero volveré...


martes, 11 de septiembre de 2012

UN POQUITO DE SR. GREY POR FAVOR...

Bueno, viendo el exitazo de la trilogía del momento (para los que no estáis al día, 50 sombras de Grey) quiero contaros un poco más de lo que pienso sobre el deseado/odiado Sr. Grey.

En primer lugar, a ver si existe por aquí algún hombre que se haya leído el libro y nos de su opinión. ¿Le ha gustado? ¿Le ha parecido excitante la relación con Anastasia Steele? Me muero de ganas por saber qué opina el sexo masculino de esta adictiva trilogía.

En segundo lugar, no estaría mal que algunos hombres se lo leyeran. Tantas mujeres suspirando pasando páginas significa algo... Y es que aunque el Sr. Grey no sea real, la autora le ha dotado de una serie de características y maneras de hacer que nos encantan.

Supongo que a cada una le ha gustado una cosa diferente. Personalmente, me encanta que el Sr. Grey tenga la sensibilidad de poner música para practicar sexo (y digo sexo, y no hacer el amor; me adapto a sus palabras: "Anastasia, I don't make love... I fuck. Hard."). Claro que yo tengo una debilidad por la música. Y supongo que más de una habrá hecho como yo y la chica que comentó el pasado post del Sr. Grey: HEMOS BUSCADO LA MÚSICA. 

Algunos temas me han sorprendido mucho, pero me han ayudado a entender más al nuestro querido Sr. Grey.

En tercer lugar, me desconcertó la actitud de posesión dañina y los juegos de dolor versus la preocupación por el bienestar de ella. Es decir: sus caricias tras cada palmada, como le aplica crema, como la cuida en los baños, como se preocupa para que coma, etc. Resulta un tanto enfermizo a la vez que dulce. De hecho, supongo que para un ratito perfecto, pero para toda una vida, acabaríamos discutiendo con alguien que nos intenta mandar y controlar de esa manera. No lo supongo, estoy segura.

En cuarto lugar: los detalles. Ese aspecto que la mayoría de hombres no dominan. Esos regalos perfectos. Esa memoria de lo que le gusta y no a Anastasia. Eso es encantador y la autora lo sabe... Claro que es más fácil ser espectacularmente detallista sin uno tiene la posibilidad de comprar lo que quiera.

Y finalmente: ¿No os hubiera encantado un libro más dónde se viera la historia desde el punto de vista del Sr. Grey? La autora nos da una pincelada al final de la tercera entrega. A mi me pasó que cuando acabé pensé: "Oh... Podía haber seguido." Meternos en la cabeza de este hombre aun más, me encantaría... Si esta cuarta entrega existiera, ya la tendría entre mis manos.

CONCLUSIÓN: Quiero más Sr. Grey...




lunes, 10 de septiembre de 2012

UN DESCUBRIMIENTO: SUSHIFRESH

Aquellos que vivís en Barcelona estáis de suerte. Ya sabéis que las cositas exclusivas me motivan... de hecho, me encantan. Y esta es una de ellas. He descubierto un servicio de los que a mi me gustan: sushi a domicilio. 

Pues vaya cosa, pensaréis algunos. Bueno, pues estáis muy equivocados. Es otro tipo de Sushi a domicilio. La verdad es que la cosa surgió sin quererlo. De hecho es con estas situaciones con las que uno descubre maravillas que no conocía.

Esta semana pasada nos han acontecido un sinfín de desastres uno tras del otro, ya los iré contando. Pero para empezar, quiero hablar de algo positivo. Navegando por internet descubrí a Sushifresh. Y como no podíamos cocinar en casa y estábamos cansados para ir fuera, decidimos pedir Sushi a domicilio.

Me decidí por ellos porque elaboran el sushi en el momento en el que lo pides. Es un Fast Good, es decir, comida de calidad y servida con rapidez. Nada de tener la comida hecha y servirla. Eso se nota. Y más los que seáis amantes del Sushi. La verdad es que con la carta que tienen, la boca se iba haciendo agua... Así que pedimos un poco de casi todo y una botella de vino. Eso me gusta. No me gustan estas empresas de comidas a domicilio donde no puedo pedir vino.

Pues bien, tras una recomendación de lo más agradable por teléfono y mucha hambre detrás pedimos Temaki, nagiri, sashimi y maki. No pude evitar pedir un coulant de chocolate y un tiramisú... Tras la espera prometida, llego la comida... estaba deliciosa. Sin ninguna duda, pienso repetir pronto. Os he puesto una fotos para que me entendáis mejor.




¡Y qué presentación! Ya sé que algunos no le daréis tanta importancia al tema packaging, pero para mi, lo es mucho. Viene en unas cajitas negras monísimas. Es un placer verlo y comerlo. Y por supuesto, con los palillos necesarios. Hay que saber comer con palillos. Es necesario. 

Y es que a ver: ¿qué comidas de calidad y elaboradas al momento encontramos? Hay un vacío. Basta ya de pedir pizzas creamichelines que llegan media hora más tarde de lo prometido. Y por favor, a ver si alguien comunica a la atención telefónica que hablen claro y entiendan lo que se les pide... Ya me voy del tema, pero es que me enfado mucho con estas torpezas habituales de las comidas a domicilio.

Por ello, porque es una empresa seria, porque comer bien está en nuestras manos y por que estaba delicioso, pienso repetir con Sushifresh. Y por ello los quiero normbrar aquí: no sólo hablamos de críticas, sino también de cosas fantásticas y positivas. 

Ya sé qué voy a servir en la próxima cena con invitados que tenga... ¡Sushi! Pero sin hacerme la valiente y dejar a los especialistas que lo hagan...


sábado, 1 de septiembre de 2012

PROPÓSITOS DE SETIEMBRE NUEVO

Ya sé que cada año digo lo mismo... Pero este año va en serio: voy a ir al gimnasio.

Estoy escuchando algunas carcajadas por ahí... No os culpo. Poca credibilidad tengo por lo que a este tema se refiere, lo sé. Pero esta vez sí. Esta vez, he decidido que no puedo seguir así. Algunas revelaciones que se me han aparecido durante estas vacaciones me han hecho pensar. Y creo muy firmemente que necesito cambiar ciertas costumbres. La primera: no hacer nada de deporte.

Son como propósitos de año nuevo, pero en setiembre. Siempre me ha gustado más hacer los propósitos en esta época. ¿Habrá influido que de pequeña siempre hacía alguna de las colecciones de los típicos fascículos que anuncian en la tele? Seguro... Me quedaba fascinada con las colecciones. Las quería empezar todas. Y los álbumes también. 

Mirad si va en serio, que me he preparado ya la bolsa de deporte. Me ha costado localizar la tarjeta del gimnasio horrores. Empiezo el lunes. 

Quiero probar un par de clases que he visto. Una es de baile y la otra de relajación. Mis dotes bailarinas no es que sean muy espectaculares, pero quemar calorías bailando me parece divertido. A ver... 

Y lo de la relajación, pues honestamente creo que lo necesito y que es bueno para cualquiera. Si no me gusta pues a otra cosa. 

Pero lo más importante de todo esto, es que voy a ir a la primera clase. Porque luego pasa que una intenta engancharse a las clases y todo el mundo sabe qué significan ciertas palabras y tu pareces imbécil porque no sabes de qué va la historia. Al menos si empiezo de cero, pues a lo mejor realmente me engancho a una de estas dos clases. También me encantaría hacer piscina. un día a la semana. Pero creo que de no ir a ir tres días es un poco... surrealista. Pero habrá que intentarlo.

Tampoco quiero transformarme en una de estas personas que si no hacen deporte se vuelven locas. La obsesión por ir al gimnasio me pone enferma. Pero hay que admitir que "mens sana in corpore sano". Y más ahora que no sé que le ha dado a la gente por las triatlones, el correr hasta quedarse sin aliento, etc. Modas de deporte... Qué cansada estoy de tanto runner...

Unido al gimnasio va mi peso. Pero claro, creo que es como una consecuencia. Si uno va al gimnasio y se siente bien, no quiere echarlo a perder con chocolate... Al menos no todo. No quiero que se me acumulen las chichas... He visto varias colecciones en las tiendas que me llaman.

Espero que no me pase como de pequeña, que pocas veces acababa las colecciones de fascículos. Aún hay esperanza, los álbumes de cromos sí los terminaba...