domingo, 27 de febrero de 2011

UN POQUITO DE ESTÉTICA POR FAVOR...

Hoy es la noche de los Oscar. Un despliegue de actores y actrices pasearán por la alfombra roja con sus mejores galas para ver quién recoge la estatuilla.

Me encanta ver esta cerimonia por diversos motivos:

1. Me gusta ver lo mal que traducen los locutores que pierden la mitad de las conversaciones. Es para troncharse de risa.
2. Quiero saber quién ha ganado los Oscar, aunque más o menos es previsible.
3. La moda en la alfombra roja.

Y en este tercer punto estaréis de acuerdo conmigo en que hay mucho de que hablar. Parece mentira como algunos y algunas, teniendo la posibilidad de ir con un vestido que ya nos gustaría a otras tener una sola ocasión para llevarlo, decidan ir tan mal vestidas... ¿Quién asesora a esta gente por favor? ¿Cómo se puede ser tan cruel y decirle a una persona: "ponte esto que verás que mona estarás"?

A parte de que tengan un asesor mejor o peor, más o menos extravagante, digo yo que su criterio tiene algo que decir, ¿no? Porque a mi ya me pueden decir que voy monísima, que no me pongo un cisne por vestido o unas mallas que se vean entre el vestido. ¿Es que no se miran al espejo?

He hecho un repasito por la historia de la moda de estos últimos años. Y no es una cuestión de "lo que se lleva". Puede que en la elección de los colores y tejidos sí, pero algunas formas y combinaciones están hechas a propósito para que todos se rían de ellos, o para que hablen de ellos. No hay otra explicación... 

Queda fuera de las calificaciones gente como Lady Gaga, eso es un tema a parte. Y hay que decir que la mayoría van bien vestidas. Veamos unas fotos:





Está es solo una pequeña muestra de lo que se puede encontrar en la red. Claro que los periodistas de revistas como Cuore o similares están esperando que esto suceda sin piedad, más fácil que lo tendrán para su próximo número (que tiene un índice de ventas escandaloso... cómo nos gusta buscar defectos y criticar a los famosos, ¿eh?). 

Así que ya hablaremos de los modelitos de este año, que seguro que alguna da que hablar...

sábado, 26 de febrero de 2011

NO PUEDO PARAR DE MIRAR

El otro día, comiendo con mi príncipe, nos interrumpió un señor para saludar y decir cuatro tonterías. No es que no le veamos de vez en cuando, al contrario, casi siempre que vamos a ese restaurante lo vemos. Y el señor, decidió que era un buen momento para hablar...

Me molestó mucho su actitud, porque era para decirle: "Oiga, no ve que estamos hablando? Salude, charla normal y adiós...". Pero el hombre no paraba de hablar de su trabajo y de otras cosas. A parte este hombre me pone muy nerviosa porque es de esos que no me mira a la cara nunca, sólo mira a mi príncipe. Y vale que la amistad la tiene con él (tampoco se le puede llamar amigos, son conocidos). Pero en esta ocasión decidió mirarme de vez en cuando, cosa que agradezco.

El caso es que una de las veces que me miró mientras hablaba, vi que tenía entre la boca y la nariz una cosa enganchada. No sé si era una pelusilla o algo peor. No quiero saberlo. ¡El caso es que me fijé en eso y ya no podía mirar otra cosa! Qué horror, siempre me pasa lo mismo. Cuando alguién tiene un moco o un pelo o lo que sea dónde no toca no puedo parar de mirarlo... ¡Y lo paso muy mal!

Y el hombre venga a hablar y ESO venga a medio moverse. Yo pensaba, al final se le va a caer, pero no, no se caía nunca. 15 minutos de charla y el hombre con ESO pegado al lado de la boca... Que angustia... 

Pensaréis que soy muy mala persona y que se lo podía haber dicho. Si la persona es próxima a mi, obviamente le digo: tienes algo justo ahí. Pero si no le tengo confianza, no me atrevo a decírselo. No sé exactamente `por qué, ya que tampoco pasa nada, pero puede que sea como decirle descuidado o sucio y no se puede ser así tampoco. Pero os aseguro que fue un calvario aguantar viendo eso como se movía. Y os juro que soy incapaz de mirarlo a otro lado una vez lo he detectado...

Aún hay una situación peor: el que cuando habla acumula saliva a los lados de la boca o en el medio... Aaaarg! Es muy asqueroso, y tampoco le puedes decir: "Oye se te acumula la saliva como una baba de caracol", o "Se te está quedando la saliva acumulada en los lados, traga un poco". 

Y otra vez en la misma situación: no puedo parar de mirar justamente aquello y a la vez me da un asco que te mueres... ¿Soy yo la rara? ¿Os pasa alguna cosa similar a vosotros?


jueves, 24 de febrero de 2011

PROPOSICIONES INDECENTES

El otro día, un amigo al que quiero mucho (quiero que quede bien claro), mientras estábamos haciendo el aperitivo nos hizo una propuesta:

- Oye, sabéis lo que podríamos hacer un día?
- ¿Qué? - respondí yo toda curiosa. Me encantan las sorpresas, así que pensé: ¡a ver qué propone!
- Podríamos ir a cortar leña un día al bosque, no?
- ¿Quééééééééééééééééé? 

Claro, se puso a reír porque ya me conoce. Pero no era una broma, lo decía en serio... Yo me pregunto, en qué parte del ir a cortar leña está la diversión? ¡No lo entiendo! Y mis manos, delicadas y suaves, se quedarían llenas de heridas... A parte seguro que me clavaría alguna cosa y acabaría maldiciendo el día y la hora en la que acepté. No, no, no... no le veo la gracia a eso de cortar leña, para eso están los leñadores. Ni tan siquiera me gustan las camisas de estilo leñador, por mucho que se pongan de moda. 

Él me propuso que ya cortarían ellos y yo estuviera sentadita con mi Ipad... Honestamente, el plan es bucólico, pero seguro que algún inconveniente como por ejemplo un frío horroroso o algún insecto vendrá a tocar-me las narices para poner-me los pelos punta. Pero que conste que sé que lo dijo con toda la buena fe del mundo...

A parte de esto, no creo que sea yo una gran cortadora de leña. Una vez intenté darle dos veces en el mismo sitio de un trozo de madera con una pequeña hacha. Pensé que no sería tan difícil, porque en la película de Titanic Kate Winslet le saca las esposas a Di Caprio con sólo practicar una vez. Así que no podía ser tan complicado. Le metí una vez (me hice daño con el anillo) y pensé vale, ahora a repetirlo: ¡Zaaaas! 

Ni falta hace decir que si DiCaprio hubiera necesitado mi ayuda, ahora sería manco... ¡Qué difícil! Luego mi polifacético príncipe me enseñó que le tenía que dar el golpe con un cierto grado de inclinación y con un movimiento de muñeca específico, etc. Y cuando lo volví a intentar parecía que tuviera ciertos espasmos extraños porque estaba más pendiente de la posición que del corte... En definitiva: un fracaso total. La próxima vez cogeré una sierra mecánica, que corte casi solita, que para eso están los avances de la humanidad, para ser usados.

Así que para no fastidiar el día a nadie, he decidido que si al final van a cortar leña, yo me quedaré en casita con mi Mac y veré lo que hay de nuevo en la red. Aun así, gracias por la invitación. Realmente original.


miércoles, 23 de febrero de 2011

REDES SOCIALES



Hoy en día casi todos tenemos un perfil en facebook o Twitter. Hay quién se ha convertido en un adicto y estoy segura que pronto habrá terapias dedicadas a ello. Seguro que en los consultorios de los psicólogos ya es un tema frecuente. Imaginaos: "Hola me llamo Juan, y llevo 5 meses sin entrar en Facebook".

Bromas a parte, es un tema que merece una reflexión, porque se han convertido en un sistema de comunicación dominante, y aparte de poder estar en contacto, tiene su punto peligroso. 

Pero en realidad qué es lo que hace que a la gente le guste publicar ahí su vida? No tiene demasiado sentido, y de hecho, creo que también existen unas normas y unos criterios para estar en la red. Pero de esto hablaremos en otro momento. Primero, hay que señalar que existen diversos tipos de usuarios:

1. El cotilla: No publica nada de su vida, parece que no está pero cada día se pasea por allí leyendo lo que otros publican. Es como el Hola, pero gratis. Gran ventaja, claro está, sin moverse de su casa tiene prensa rosa a diario gracias a los comentarios y fotos que publican los otros.

2. El intento de filósofo: Es aquel que cuenta lecciones de vida. Eslógans baratos, parecen gurús de espiritualidad con frases como El alma despierta escucha el corazón, y otros mensajes salidos de una secta. No se puede evitar, pero me resulta cansino. De ello deduces que: tienen problemas en su vida y buscan una afirmación de sus pensamientos. 

3. El que publica su vida: Nos enteramos incluso de cuándo ha ido a mear, sabemos cuando come, cuando se va a dormir y si se ha tomado leche con galletas. Es una necesidad extraña y poco cuerda la de hacer pública tu vida privada. Lo más fuerte es que incluso he visto peleas entre parejas y claro, a veces una de las partes se cabrea (con toda la razón). 

4. El de los 40 principales: Cada día nos deleita con una selección de músicas del youtube u otras fuentes. Casi nunca son canciones actuales, sino remembers de otras épocas o canciones con mensajes. Es un poco como el filósofo pero lo hace a través de la música.

5. El grupero: Es aquella persona que todo el día se está uniendo a grupos. Grupo de "amor mi hermana" o "quiero dormir 5 minutos más por favor". Creo que están en más de 1000 grupos. Algunos grupos tienen nombres muy graciosos, pero francamente, después qué?  Nada, se quedan ahí infiltrados en tu perfil personal. De hecho seguro que se puede sacar un perfil psicológico de algunos sólo con ver los grupos a los que está unido. A lo mejor responde a una necesidad de sentirse integrado, como un adolescente...

6. El visionario: Aquellos que emprenden cruzadas con mensajes y publicaciones interminables y constantes para apoyar una causa o una idea. Me parece muy bien, eso está claro, pero a veces deberían medir un poco la asiduidad de sus publicaciones porque al final no les haces ni caso. Sencillamente sigues leyendo otras cosas, ya sabes de qué va el tema.

7. Yo no tengo Facebook. Aunque no lo parezca también es un tipo, es el no-usuario. Ha decidido negarse a participar de esta nueva era digital. No entiendo muy bien el por qué de esta negación absoluta. Al menos pruébalo, y si no gusta pues fuera. Algunos me han contado que no quieren que todo el mundo sepa su vida, ni dónde están ni qué hacen. Parte de razón llevan. Pero uno puede decidir si publicar sus actividades o no.


No sé exactamente qué le vemos a esto de las redes sociales, pero a mi me gusta. Como todos he curioseado las fotos de antiguos amigos y de vez en cuando me distrae ver lo que pone la gente. Pero he de reconocer que hay gente con muy poco trabajo en esta vida o que en horario laboral están siempre con un ojo en Facebook, porque si no no lo puedo entender. 

Yo misma de vez en cuando escribo algo que estoy haciendo en el Facebook. Pero nunca cosas demasiado privadas. Luego pasa inevitablemente que te encuentras a alguien que te dice: "Oye he visto las fotos de tu viaje, que bien lo pasáis eh?" o "He visto la fiesta que hicisteis, la próxima vez avisa". Y yo pienso que es idiota porque no se le ha pasado por la cabeza que si no le he dicho nada es porque no quería que estuviera allí... Y tampoco quiero que todo el mundo sepa mis vivencias. ¡Para eso tengo mi blog! ; )

Y aunque os parezca muy fuerte lo que voy a decir, cuesta imaginar un mundo sin redes sociales: nada de Facebook, nada de Twitter, nada de Second Life, ni Messenger ni Myspace... Las llevamos hasta en el teléfono. Nos han acercado a muchos ídolos y han conectado a gente que habíamos perdido por el camino sin tener que ir al Diario de Patricia o al Quien sabe dónde.

¿Podríais vivir sin ellas? Siendo sincera, yo no...


martes, 22 de febrero de 2011

REUNIONES


Hoy he tenido una reunión de trabajo, lo cual pasa muchas veces. 

Estábamos cinco personas, cada uno de un departamento y especialidad diferente por lo que en algunos momentos se hablaban de términos o conceptos que no eran claros para todos. De hecho, ha habido un momento en el que casi me caigo de sueño y he hecho grandes esfuerzos para parecer muy interesada en el tema. 

En fin, eso no tiene nada de especial porque seguro que habéis vivido situaciones similares. El tema es que uno de mis compañeros (lamentablemente era de los nuestros) ha decidido mostrar sin tapujos su aburrimiento. 

Sin complejos ha decidido empezar a hacer garabatos como si se tuviera 14 años y estuviera en clase de lo más aburrido. Primero no me lo podía creer y como no lo tenía inmediatamente al lado no he podido ver exactamente lo que hacía. He pensado que anotaba cosas (con mucha energía la verdad, porque los garabatos se hacen a base de repetir el mismo trazo o pintar espacios).

Pero por desgracia he podido observar lo que estaba haciendo: escribía su nombre tranquilamente con su boli rojo (ni más ni menos que rojo) encima de la propuesta de contrato que teníamos todos. Y digo por desgracia, porque si lo he visto yo  lo habrá visto alguien más... Y luego también había hecho una fantástica decoración a base de rayas torcidas alrededor.

O sea:
1. Eres un maleducado. Tantos estudios y tanto máster para luego hacer el ridículo más espantoso siendo el único que has dado la nota en una reunión. Son los primeros en comentarte el prestigioso centro donde se licenciaron y luego con su conducta lo desprestigian solitos.
2. Los garabatos dicen mucho de una persona. Venga a escribir su nombre: eres un egomaníaco. Al menos escribe otra cosa o sólo dibuja, claro que hubiera sido peor encontrar un corazón... 

Alucino con la gente. Es que no queda claro que cuando alguien habla hay que mostrar interés? Y en una reunión no hay más narices que comportarse, se trata de establecer unos vínculos y generar una buena comunicación, lo cual no sólo se consigue con la palabra... Deberían dar clases de comportamiento y protocolo en las universidades también. Me ha irritado bastante su mal comportamiento...


domingo, 20 de febrero de 2011

INCOMODIDADES

                                     

Hay algunas situaciones que resultan incomodas y no sabes como llevarlas. Una de ellas (y las chicas y mujeres seguro que me entenderán) es cuando un obrero te piropea.

Cuando voy andando por la calle y ya a lo lejos veo un grupito de medio barbudos que parece que estén trabajando ya tiemblo... He probado de cambiarme de cera, hacer ver que hablo por teléfono, etc. No hay manera. Y encima me pongo nerviosa...

Estoy segura que hay un examen especial que pasan los obreros y allí deben mostrar sus aptitudes para piropear. Y saca la mejor nota el que dice el piropo más asqueroso o el más soez... No entiendo de dónde sacan esas frases tan peculiares... Y por más que he buscado en librerías no encuentro información acerca del tema.

Son una especie a parte. Junto al examen de piropos hay que añadir la vestimenta particular (entiendo el atuendo para la comodidad laboral), esas músicas de fondo flamencas o la radio de Justo Molinero, así como el cigarrillo y el carajillo. Hay que decir que se los ve siempre bastante felices y unidos, y supongo que a nivel de las relaciones laborales gozan de un ambiente que seguro que muchas empresas envidian.

Lo que sí que he hecho es un esfuerzo para recopilar una serie de frases de nuestros queridos charnegos (lo digo con muuucho cariño):

1. vas más apretá que los tornillos de un submarino

2. bonitas piernas, ¿a qué hora abren?

3. Niiiñaa, tas tan buena que te voy a comé toa entera y me voy a coser el culo pa no cagarte.

4. Dame el número de tu ginecólogo que voy a ir a chuparle el dedo de lo buena que estás...

5. Tas tan buena que me comería tu regla a cucharadas.

6. Con ese culo tienes que cagar bombones

7. Un clásico: "Eso sí es un cuerpo y no el de la guardia civil"

8. Pa mi casa te llevaba yo 

9. ¡No tengo pelos en la lengua porque tu no quieres!

10. Te voy a lamer del culo al coño, del coño al culo que no vas a saber si correrte o cagarte.

Hay algunos más, pero son tan fuertes que me ha dado reparo escribirlos.

He de decir que a mi personalmente, me molesta bastante. He oído comentarios que a las mujeres eso nos sube el ánimo y la autoestima. No precisamente, al menos a mi. Con todos mis respetos hacia el gremio, una de mis fantasías sexuales no es tener una aventura con un paleta... Ai uix... A mi que me piropee un hombre educado, inteligente es lo que me ruboriza en el buen sentido. Y fíjense que no he hablado de profesiones. 

Luego hay los que opinan que no entendemos que es una broma. Bueno, pues que entiendan ellos que este tipo de bromas a mi no me hacen ni media gracia. Porque para hacer una bromita no hace falta parar la actividad laboral y que se te miren de arriba a bajo con todo el descaro del mundo. Eso no es una bromita, eso es tener un morro que te lo pisas. 

¿Y vosotr@s? ¿Qué opináis? ¿Habéis oído o sufrido algún piropo de este tipo?

SOS: ME HAGO MAYOR

Queridos lectores, hoy es un día triste. Hoy he descubierto mi primera cana. 

Ha sido un shock, un espanto, una patada de realidad, un recordatorio del paso del tiempo, de nuestra existencia efímera en este planeta. He pegado un grito agudo e interminable lo que ha hecho que mi príncipe corriera a mi rescate y cuando le he dicho lo que pasaba se ha reído en mi cara... insensible...

Pero después de encontrar esa asquerosa cana, he hecho una búsqueda exhaustiva por todo mi cuerpo: no hay más, sólo una. Pero es cuestión de tiempo, seguro que se reproducen como las cucarachas... Ahora tendré que buscar más a menudo. 

La cana en cuestión estaba en las cejas. Obviamente la he arrancado sin pensarlo ni un momento. Ha sido aniquilada sin ninguna piedad. Asquerosa. 

Sabía que este momento llegaría y sé que no pasa nada, pero estaba muy contenta porque a mi edad, mucha gente tiene canas, pero yo no. Bueno, yo no tenía... Será el stress. Estoy segura... Aun así, he estado observando si había algunas muestras más del paso del tiempo, pero no hay arrugas nuevas ni varices ni nada de nada más. 

Y luego me he puesto a pensar. Me gusta mucho el pelo caneado cuando es uniforme. Creo que queda súper futurista e interesante. Y no sólo en los hombres. Estoy harta de oír como se critica a una mujer que tiene canas y no se las tiñe y en cambio con un hombre no pasa nada. Dejémonos de tonterías: es lo mismo. El paso de pelo con color a canas es horroroso. Y un pelo lleno de canas ya queda mejor. Sino, mirad la foto que he escogido. ¿Verdad que está guapísima? 

O sea, las canas en los hombres, los hace interesantes en cambio a la mujeres unas descuidadas. Pues no estoy de acuerdo. Si tengo que tener canas, que sea rápido. Me gusta el pelo gris. Es muy original. Pero con lo que sí estoy de acuerdo es que queda fatal una raíz llena de canas. Se ve que uno va teñido y que ahora lleva un descuido. 

Sigo consternada... Sólo puedo decir: ¡SOS, qué horror! 


jueves, 17 de febrero de 2011

EL COCHE NO ES INVISIBLE

Lo que hace la gente en el coche es cosa de cada uno, eso está claro. Pero no me diréis que no habéis visto cosas increíbles, porque yo, alucino con algunos comportamientos habituales...

Ayer me paré en un semáforo. Como suele ser habitual en una ciudad, a mi lado había otro coche parado. Dentro había una chica. Me la miro, es casi inevitable. Y veo que busca algo, supongo que en su bolso. Sí que buscaba algo, buscaba unas pinzas para las cejas. Y ni corta ni perezosa, la chica baja el espejo y se pone a hacerse las cejas... ¿Cómo se puede una hacer las cejas en el coche? Y no es una cuestión que te queden bien o mal. Es un tema de higiene y vergüenza. El coche, para el que no lo sepa, tiene cristales que dejan ver lo que pasa en el interior (la mayoría). Ya que a ella no le importa que la vean, me la miré sin reparo. Empezó a arrancarse pelos y dejar los restos por el coche. Sin comentarios....

También es habitual (por desgracia) ver gente buscando petróleo en su nariz en los semáforos. Ese hábito de sacarse la porquería de la nariz, porque es porquería, es de lo más repugnante que una puede contemplar de vez en cuando. ¿Cómo puede una persona empezar a hurgarse la nariz en público? Es como sacarse porquería de otras partes (no quiero especificar que me cojen nauseas y todo...). Y venga a hurgar y hurgar sin parar, y el dedo dando vueltas como si estuvieran haciendo una mayonesa. No lo entiendo, hay gente muy deshinibida... 

Y luego, para acabarlo de adornar, hay algunas personas que deciden transformar ese trozo de porquería en un snack gourmet entre horas... Que de verdad, ya es el colmo de ser un cerdo sin complejos... Es que ni cuando era pequeña me comía los mocos... Para los que no lo sabían y para los comedores habituales de mocos, eso se llama MUCOFAGIA. Está descrito como: "trastorno psicológico conductual que consiste en las ingesta de las mucosidades del cuerpo humano, sin ser considerado una patología".

También he de decir que hay quien lo considera un acto natural y sano del ser humano porque se come las bacterias para que su cuerpo las identifique y así reforzar su sistema de defensas. Pues que queréis que os diga, yo prefiero los lactobacilus de los yogures...

Queridos conductores: los cristales son transparentes, dejan ver lo que pasa en el interior. Y no nos gusta lo que vemos. Así que tienen ustedes tres opciones:

1. Seguir siendo unos maleducados y unos sucíos.
2. Cambiar sus cristales a unos que no dejen ver el interior (sería de agradecer).
3. Dejar de hacer el cerdo (altamente recomendable a parte de más económico y enriquecedor).

lunes, 14 de febrero de 2011

10 VERDADES SOBRE LOS HOMBRES

1. Lo primero que mira un hombre son los ojos: Sí, y también la forma de tus cejas... No hay quién se trague eso. Lo primero que mira un hombre a una mujer son el culo y los pechos. Por eso a veces en un anuncio no les da tiempo de ver la cara de la chica, y no saben quién es.

2. No le molesta ir de compras. Mentira, una cosa es ir a comprar muebles, al supermercado, un coche, etc. Pero ir a pasar una tarde de compras probando modelitos uno tras otro con su chica? No, no les gusta. Puede que quede alguno que le encante... pero yo no lo conozco. Puede que ir a comprar lencería le motive más...

3. Sólo me mira a mí. No, te mira a ti y a las otras. Pero aclaremos esto: no todo lo que miras y te gusta lo coges. Pues es lo mismo. Se mira y si se toca o no ya es otro tema.

4. Sueñan con un trío: Es una realidad. Todos los hombres sueñan con la idea de tener dos mujeres besándose y tocándose a su lado. Dos mujeres para gozar, para disfrutar. Me parece perfecto, cada uno tiene sus fantasías...

5. El tamaño sí les importa. Su miembro es un tema importante y delicado. Se puede hundir a un hombre criticando esa parte tan preciada... De la misma forma que les importa el tamaño les importa que rinda bien. A veces incluso se obsesionan con el tema. Hombres del mundo, no os obsesionéis tanto, nos importa un cierto tamaño, pero hay muchos otros aspectos del sexo que valoramos.

6. Les gusta hacer barbacoas. ¿Será que está escrito en sus genes de cazadores? No acabo de entender esa relación entre las barbacoas y los hombres... Pero es una gran regalo para un hombre.


7. Una afición: tirarse pedos. No es que les encante, pero lo encuentran gracioso. No entiendo por qué, pero los niños se ríen cuando se tiran un pedo. Las niñas no. Y algunos crecen y siguen encontrando tremendamente divertido tirarse un super pedo con sus amigotes que estoy seguro a veces les deja una anchoa. Es realmente asqueroso.


8. Les encantan los coches. Y quien dice coches dice motos. El motor en general. Es curioso, saben los modelos, lo que corren, los caballos. Soy inacpaz de memorizar todos los datos que saben ellos. Pero les encanta, es un símbolo para ellos. Lo más curiosos es que muchos hombres, cuando te hablan de un amigo dicen "Sí, López es aquel que trabaja en la empresa que tiene un peugot 206 negro matrícula xxxxx". Increible, te cuentan las matrículas, el modelo y el color. Y entonces le dices: "¿Pero es moreno, castaño? ¿Alto?" Y te responden, que no lo saben... ¿Como es possible que no lo sepan con toda esa información que han memorizado del coche?

9. Grandes lectores de mapas. Pues sí, y no es un tema sexista. Sencillamente, y está demostrado, los hombres leen los mapas y se sitúan en el espacio mejor que nosotras. Es lo que hay... Así que si nos perdemos, mejor con un hombre al lado.

10. También tienen complejos: Aunque muchas mujeres comentan que es más fácil ser hombre porque no tienen que preocuparse de celulitis y otros problemas físicos, todos los hombres también tienen complejos. Son igual que nosotros, y también se miran al espejo y se examinan. A lo mejor es que saben canalizar mejor esos complejos y no tienen tanta tontería encima...

sábado, 12 de febrero de 2011

ETERNA PELUQUERÍA

Hoy he ido a la peluquería. Ya me tocaba, no se puede ir con una cabeza con autopistas, que una parecería una descuidada... Pero la verdad es que ir a la peluquería siempre me ha dado un poco de pereza. 

No me gustan las peluquerías dónde me hacen perder el tiempo, aquellas que mientras te atienden a ti, cogen a otras personas para poder facturar más: prefiero pagar más y que el trato sea sólo para mi. He probado miles, y más o menos, a la que acudo en el presente me cuadra con mis preferencias.

Dejo de ir a una peluquería cuando veo que llevo 21 minutos con una mascarilla, no porque el producto lo requiera, sino porque están acabando de secar a la pobre mujer que también ha tenido tiempo de echarse una siesta mientras le ponían la mascarilla. Obviamente, también dejo de ir si los resultados no me gustan. 

La que yo visito la lleva un chico de esos con aspecto de eterno adolescente. Un poco como Leonardo Di Caprio, no es que se parezca físicamente, pero parece que los años no les pasan. La verdad es que son un poco lentos, pero hacen lo que yo deseo: atenderme a mi y no a otras personas a la vez. 

Pero hoy ha habido un cambio: un trabajador nuevo. El chico estaba muy nervioso. Se ha presentado debidamente, me ha dicho que se llama Lorenzo y que es de Italia. El jefe (DiCaprio para que me entendáis) le ha dado instrucciones de lo que me debías hacer. cómo y con qué productos. 

Pues bien, el pobre Lorenzo se ha pasado 24 minutos preparándome para hacerme las mechas. Primero me ha hecho mucha gracia. Nunca nadie había tardado 24 minutos exactos en preparar la mezcla, peinarme el pelo, separarlo y dividirlo para proceder a hacer las mechas. Y el chico calculaba al milímetro: la ralla perfecta, bien cogido el pelo, etc. He pensado: mira como se esfuerza pobre chico.

Al cabo de dos puñeteras horas he pensado: "acabará algún día?" Se me dormían las piernas, mi culo se había transformado en un cuadrado y ya me había leído 5 revistas... ¿Cómo pretende llevar una peluquería así? Esto no es rentable por el amor de Dios, entre pagar los productos, agua, luz y alquiler le saldrá la hora a 2 euros! Y el hombre con todo su perfeccionismo a veces repitiendo un mismo gesto hasta tres veces (a lo mejor padecía de una grado elevado de neurosis pobrecito).

Y el final no llegaba... Y luego faltaba que subiera el color del último trozo... ¡Qué desesperación! Total, que le he dicho que espabilara que me dolía la espalda. Y al menos me ha hecho caso. Ha aumentado su ritmo y hemos acabado en diez minutos más. Luego sube el color, lava cabeza, masaje capilar (que no falte por favor) y cuando pretendía ponerme la mascarilla le he dicho: "Oye no me pongas mascarilla que no puedo más. Tu pon suavizante y la semana que viene ya vendré a hacerme un tratamiento". Me ha dado pena porque el pobre chico se estaba esforzando, pero oye, ir a la peluquería no puede suponer 4 horas y media, es más de media jornada laboral. Es que no les salen los números con este nuevo fichaje. 

Así que sintiéndolo mucho, y aunque en el sillón masajeador del lavacabezas se estaba bastante bien, no he querido pasarme ni diez minutitos más. Volveré, pero nunca más un sábado, y si veo venir a Lorenzo, tendré que ser más clara... 

Pero he llegado a la conclusión, que si no me gustan las peluquerías no es porque yo sea rara, sino que tener la sensación de perder el tiempo, irse con dolor de espalda, y escuchar el rollo de alguna pesada que está a mi lado es lo que hace que las evite. Necesito un peluquero a domicilio, así mientras veo una peli que me vaya peinando...


viernes, 11 de febrero de 2011

PECADOS CAPITALES: la envidia



envidia.

(Del lat. invidĭa).

1. f. Tristeza o pesar del bien ajeno.

2. f. Emulación, deseo de algo que no se posee.



Otro pecado capital que vastamente conocemos: la envidia. 

Es un pecado que suele aparecer muy pronto, los niños son grandes envidiosos cuando empiezan a contar aquello de "yo tengo esto y tu no" que suele ser la respuesta a sentir que no tienen alguna cosa. O cuando dicen "yo tengo dos",  respuesta también (aunque muchas veces sea mentira) que suele venir de la envidia a su amigo que ha traído un nuevo juguete.

Pero no nos engañemos, a los niños se les ve venir, los identificamos sin problemas. Lo que realmente asusta es cuando un adulto siente envidia, porque su reacción suele ser mucho más dañina. Suele empezar a malmeter sobre otra persona, empieza a decir barbaridades de la persona a la que envidia. Y pueden llegar a hacer mucho daño. 

Es una actitud despreciable, la verdad. Y nadie te dirá: "yo hago esto, me jode que la tia esta sea tan carismatica y voy por ahí diciendo que tiene halitosis o que esta en tratamiento por una infrección vaginal..." Horroroso. Pero yo creo que todos conocemos a alguién así. Son los famosos cuchicheos y el hablar por la espalda, en definitiva, sacarse los ojos. Pasa, eso pasa, y a veces se puede llegar a hacer mucho daño, pero normalmente la verdad sale a la luz y quedan retratados. 

También existen aquellos personajes que por envidia desprecian el bien del otro, por que no lo pueden tener. Típica frase de: "yo un Ferrari no lo quiero para nada." Va hombre no me fastidies! Vaaaale, a lo mejor un Ferrari no, pero un equivalente? Un Porsche, Maserati o el que sea. Y en eso hablo mayoritariamente en los hombres. Puede pasar con otros ítems con las mujeres: coches, bolsos, joyas, casas, etc. Sólo te puedes permitir un comentario así si eres un afortunad@ que puede comprar lo que sea y no lo hace. Entonces es real. 

También conocemos aquellos individuos que cuando apareces con tu nuevo coche, teléfono o anillo hacen ver que no existe, ni lo comentan o dejan ir un comentario tonto. ¡Se os ve venir! No hagáis eso, que parecéis el niño de cinco años, en definitiva os ponéis en evidencia y hacéis el ridículo.

Hay gente que está muy mal de la cabeza...

¿Y la envidia sana? ¿Existe? Yo creo que sí. Es esa envidia de "yo quiero uno de esos" y lo pongo en mi lista de deseos y sueños. Si puedo lo conseguiré. Pero me encanta y si lo tiene otro, pues que suerte que tiene.

¿Habéis tenido malas experiencias por envidia? Seguro que sí... contadnos alguna, la realidad supera la imaginación!


miércoles, 9 de febrero de 2011

ME ENCANTA TU PELO, PERO EN TU CABEZA


La mayoría de mujeres tenemos el pelo largo o media melena. Ello realza nuestra feminidad y realmente, a la mayoría de hombres les gusta un pelo femenino. Hay chicas y mujeres con un pelo precioso. Una maravilla bien cuidada y reluciente (ya no quiero entrar en los pelos feos. Más vale que se lo corten si no se cuida). Pero hay un fallo que cometen muchas mujeres. Tocarse el pelo continuamente.

Por muy sexy que resulte, no es bonito tocarse el pelo en público. Es asqueroso queridas amigas. Y aunque os parezca una tontería lo que estoy diciendo, muchos hombres me lo han comentado. Sí, hombres educados. 

Cuando subes a un coche, porque te tocas la melena? ¿No es tu coche? Pues deja esa melena quietecita. No tenemos ningún interés en que dejes una parte de tu ADN allí. Verdad que no gusta a nadie ir a un baño y encontrar pelos de la visita anterior? Pues por qué permites dejar pelo tirado en el coche de otra persona? Y aunque me respondas que no se verá, reconoce que es una guarrada. 

Ahora meteos en situación. Comida/cena romántica. Una primera o segunda cita. Bien vestida, maquilladita, vamos, perfecta. Y entre plato y plato va y coge su melenita y empieza a removerla y pasar los dedos entre ella, ponerla a un lado, hacer se una cola, etc. Muy bien querida amiga.. ¿Y si te ha caído un pelo? No es tan difícil... Nos cae pelo constantemente, a todos. Estamos en una mesa por favor. Así que de pronto esa princesa pasa a ser una cocinera que ha decidido añadir a la mesa un nuevo condimento: pelo de mujer. ¿Y si cae en el pan? ¿O en tu plato? ¡Qué asco! No me diréis que no es repugnante. 

En vuestra casa, tocaros el pelo que querías. En vuestro coche, lo mismo (aunque al final habrá un montón de pelo por ahí). En público quietas, quedaréis mejor.


lunes, 7 de febrero de 2011

DE PRINCESAS Y OTROS CUENTOS


Hoy me ha venido a la cabeza, una conversación que tuvimos con unas amigas una noche de verano cuando justo entrábamos en la adolescencia. Éramos unas 5 o 6, lo tengo un poco borroso la verdad. Estábamos tomando un helado. Poca cosa más puedes hacer en esos aburridos 14 años. Es una época que no puedes irte de copas y quedarte en casa con tus padres no es lo que más te motiva. Y la verdad, no había Facebook, ni redes sociales conocidas.

Pues estábamos ahí hablando y no sé cómo la conversación derivó en el hecho de casarse. Me quedé alucinada cuando vi que todas tenían planeada su boda, incluso me supieron hacer una descripción perfecta del vestido que llevarían: que si el mío será blanco roto, el mío marfil, con un tul por aquí y por allí, que será en una masia encantadora, yo me casaré a los 27, yo en el mes de junio, etc. Todas, menos yo. Yo no dije nada, pero no pasé desapercibida, porque una de las chicas me dijo: 

- ¿Y tu? ¿Cómo será?
- Pues no tengo ni idea... No lo sé. No sé cuando me casaré. Y no sé quién será, por lo tanto no puedo decidir sola. - respondí yo un poco temerosa de sus miradas.

Y en un segundo me vi abrumada de preguntas y críticas: cómo puede ser que no hayas pensado en ello, y cómo no tienes nada claro; al menos sabrás alguna cosa, a lo mejor es que no te quieres casar nunca, etc. 

Y yo no soy ni era rara. Yo, precisamente yo, que me sé todas las canciones de Disney, que he visto la Sirenita mil veces y la Bella y la Bestia otras tantas, yo que de pequeñita sólo quería vestidos blancos y rosas! El trauma que me causó cuando mi madrina me regaló un vestido negro de pana con mariposas de colores cuando tenía 6 años... La verdad es que el vestido era precioso, pero en ese momento sólo vi el color negro... Me pasé toda la tarde llorando. Y no es un decir, es literal. Al final me lo cambió la pobre mujer. Yo era una princesita, pero no idiotizada... A lo mejor más realista. Sin ninguna duda puedo afirmar que yo nací princesa. 

Porque de lo que ellas hablaban no era imaginaciones, era su futuro real, sus ideas exactas de cómo tenía que ser. Sin importar nada más, ni teniendo nada más en cuenta. Y luego todas esas princesas, nos damos cuenta que han pasado los años, y que el príncipe azul se tira pedos, que las princesas engordamos y que las canas y las arrugas están al caer (que conste en acta que todavía no tengo ni una cana, arrugas alguna, pero son de expresión...). Pero eso no quiere decir que esas princesitas no guarden su sueño en su interior. 

Y des de mi punto de vista, es un error. Su sueño es egoísta y poco realista, ya que ha sido formulado sin tener en cuenta todo lo que va más allá de su cabecita. Y llegará el día ( o no) que se casarán y si todavía tiene aquella idea en la cabeza pueden tener un disgusto enorme cuando las cosas no sean como ellas querían... Viven en un sueño mientras se les escapa la realidad ¿Por qué ninguna me dijo nada de la pareja? Imaginaria, vale, pero ninguna la nombró. No había sapos en su cuento... ¿Será todo culpa de Disney?

Pues bien, el tiempo ha pasado. De esos sueños de princesas quedan pocos. Sé más o menos que están haciendo cada una de ellas actualmente. Una vive en el extranjero de fiesta en fiesta. La otra vive en pareja, sin boda por el medio. Una se casó porque se quedó embarazada sin quererlo de un chico (al menos se casó con él y son felices). De las otras, no lo sé con certeza. Creo que una no está casada, la otra puede. 

Nada más lejos de sus ideas... ¿Y yo? Pues yo os confieso: Yo sí soy una princesa. Con príncipe. Y castillo. Y algo más también... Yo nací princesa porque brujas sobraban. Es lo que hay...

domingo, 6 de febrero de 2011

¿Por qué....

... siempre que busco las llaves en el bolso no las encuentro?

... nunca me toca nada en un sorteo?

... siempre me pongo en la cola más lenta del supermercado?

... no tengo nada que ponerme?

... bebí la última copa?

... internet no funciona cuando estoy descargando algún archivo?

... dije "yo te ayudaré"?

... no encuentro la goma de borrar o el pegamento cuando lo necesito?

... no tengo algún poder de super heroína?

... me tienen que doler los pechos unos días al mes?

... cuando me cae una tostada es por la parte untada?

... me he comido ese brownie?

... no recuerdo ni tu cara ni tu nombre?

... tienes mi teléfono?

... se supone que tengo que saber coser bien?

... soy incapaz de irme a dormir antes de la una?

sábado, 5 de febrero de 2011

EN EL CAMPO O EN LA CIUDAD (parte II)

Bueno, como he visto que a mucha gente le gustó el post de la primera parte, he decido seguir el análisis del campo y la ciudad. Ya añadí 5 puntos comparativos, por lo que voy a seguir enumerando, con una opinión más que objetiva, las ventajas y desventajas del campo y de la ciudad.

6. Huele a mierda. Pues sí. El campo huele a mierda, y no es una metáfora, es literal y es verdad. Huele fatal. Siempre me tapo la nariz cuando empieza a llegarme ese hedor asqueroso... Porque, por si no lo sabíais, el motivo por el cual somos capaces de percibir los olores es porque microscópicas partículas de mierda (o del olor que sea) están en el aire y entran en nuestro cuerpo. Así que cuando oléis mierda, estáis comiendo mierda. Es asqueroso, lo sé. Desde que me lo contaron no pienso en otra cosa cuando algo huele fatal... Y no quiero poner ejemplos... 

Y siempre me hago la misma pregunta: ¿Ellos no lo huelen? a lo mejor uno se acostumbra a ese olor y acaba por ni tan siquiera notarlo... Están abonando los campos, lo sé, no soy idiota. Pero no pueden encontrar un substitutivo menos asqueroso? Pobre hombre el que reparte la mierda... Ai uix! 

En definitiva, estaréis de acuerdo conmigo que esto es una desventaja total de vivir en el campo. Porque tanto que se quejan algunos de la polución y la contaminación de la ciudad, pues que quieren que les diga, ustedes se están comiendo mierda cada día cuando abren la ventana de su casa (en teoría para ventilar) y han abonado los campos. 

7. Malditos insectos. Odio los bichos. Me dan un asco terrible. Algunos incluso pánico. En especial, las abejas. Tanto rollo con el campo y lo que me pasa es que me estreso más que si trabajara en Wall Street, pendiente de si ese zumbido es una abeja que quiere chuparme la sangre o si ese cosquilleo es una araña asquerosa subiendo por mi pierna. ¡Me pica todo sólo con pensarlo!

Un amigo me contó (con muy mala idea conociéndome, la verdad) que de media nos tragamos unas 8 arañas mientras dormimos... Que trauma por Dios.... Si ya dormía con tapones y antifaz, ahora tengo que ponerme un esparadrapo en la boca para que no me entren las arañas. ¿Qué voy hacer cuando esté constipada? No quiero ni pensarlo... Así que si vivís en un sitio con muchos bichitos, cerrad bien la boca. Al menos en la ciudad entran menos.

8. Una conducción diferente. Vivir en el campo significa que conduces de otro modo. Es un hecho. Ellos van a comprar el pan o van al cajero y dejan el coche en medio de la calle: "si es un momento" deben pensar. Pero bueno, ¿cómo puedes parar un coche con tanto descaro y que se esperen? No se me ocurriría  en la vida. Que porque yo tenga que comprar una cosa los otros se esperen... Y a parte, van lentos de narices, así que ya puedes armarte de paciencia. Como algún suicida haga esto en medio de una urbe lo dejan sordo a base de pitos. 

Una cosa es una urgencia, una persona mayor, descargar unas maletas, etc. Pero, ir a comprar? dónde llega el individualismo? A parte, no son tan sanos y naturales? Porque cogen el coche? Que vayan andando! Así no contaminan su tierra abonada y no colapsan las calles. Esta son esa clase de incongruencias que no hay quien las entienda.

9. Un gran paisaje. Me guste o no me guste el campo, una cosa es vivir, y otra muy distinta es visitarlo. Las vistas que tienen en el campo son preciosas. Bueno, rectifico: las vistas de algunos pueblos son preciosas. Hay pueblos que no han sabido conservar su encanto y en diez años se han convertido en unas mini urbes sin ningún encanto y han transformado su pueblo limitando la parte encantadora a "el casco antiguo". Construcciones horrorosas sin ninguna estética (seguro que alguien ha recibido dinero por dejar hacer una casa rosa al lado de una verde), fábricas mal ubicadas (lo poco que costaría hacer una línea de árboles delante para que des de la carretera no se estropee la vista con ese monstruo gris. Pero no, la mayoría de alcaldes buscan mil i una razones para hacer crecer su querido pueblo de malas manera y convertirlo en una década, en una población suburbana en medio de un bosque. 

Ejemplo tendrían que tomar de las poblaciones del sur de Francia, allí no han dejado hacer aberraciones, hay una línea estética. ¿Quiere usted hacerse una casa? Perfecto, pero la fachada de piedra como todo el pueblo. No se lo puede costear... pues ahorre o vaya a otro sitio. No podemos dejar que se destruya una estética tan bonita.

El disgusto que debes de tener si eres propietario de una casa preciosa en el campo y viene el antiestético de turno con su camisa de leñador y decide hacerse una casita verde moco a tu lado, con lo que te está costando a ti restaurar y mantener la tuya.

Ellos son los asesinos del paisaje, porque eso lo permite su alcalde, escogido democráticamente.

10. ¿Campo = mal gusto? Es un tema curioso: vivir en el campo significa no vestir bien? La mayoría de personas de los pueblos no saben vestirse bien, van mal conjuntados, horteros. Parecen sacados de décadas anteriores. ni falta hace decir que de chicas femeninas hay pocas (claro que no me extraña, donde vas con una minifalda con ese frío... O con tacones con esa dificultad de suelo...). Cindy Lauper combinaba menos colores que ellos. Pobrecitos niños, con las monadas de conjuntos que hay y me los llevan mal vestidos y oscuros, sin alegría. 

Y esos hombretones, todos rústicos, con bambas todo el día... Que poco glamour hay en los pueblos, de verdad. No lo soporto. Y como te pongas una minifalda o unas b mosqueteras otas serás la puta del pueblo: "¿dónde va esa?, mírala..." No va a ningún lado, va a la moda tarugo. 

Conclusión: No le veo la gracia a eso de vivir en el campo. Sólo quiero vestirme como quiera cuando quiera, no tener que dar explicaciones a nadie sobre mi vida y no comer mierda de vez en cuando. Me quedo con el asfalto y las tiendas de una gran avenida.


jueves, 3 de febrero de 2011

MANUAL DE MODALES

A ver, como veo que mucha gente no sabe ni el ABC del comportamiento en sociedad, voy a escribir  una série de posts sobre educación y comportamiento social y personal. A ver si así, podemos hacer de este mundo un sitio más educado.

Primero de todo, ya que estamos en invierno y veo que hay mucha gente con catarros importantes y largos, quiero recordar que cuando se tose, hay que ponerse la mano delante para no dejar los virus volando alegremente en el aire. Parece mentira que escriba esto no?

Pues no debe ser tan conocido o si lo conocen pasan de hacer caso de esta norma tan elemenral. Estoy más que cansada de ver a la gente a mi alrededor toser sin ponerse la mano delante y me da un asco horroroso. Cuando pasa eso dejo de respirar, como cuando pasan las palomas a mi alrededor. Tengo una amiga que siempre aguanta la respiración cuando pasa por un trozo de calle con palomas. Y tene razón, así evitamos infecciones... La pobre acaba con toda la cara roja como un tomate, igual que yo que acabo roja de histeria, y más de una vez, cuando no puedo más lo he dicho. Lo siento. La respuesta suele ser un "vale, vale..." Y entonces se ponen la mano delante.

Obviamente, lo mismo pasa cuando estornudamos, mano delante y a poder ser sin hacer un grito como si hubierais visto a un fantasma. Y es que los ruidos cuando la gente estornuda son de lo más variados, hay toda una gama que clasificar: agudos, discretos, guturales, etc.

Es decir, si no os ponías la mano, pensad que hay gente a vuestro alrededor a los que hacéis un asco enorme, y si ya lo hacíais, os felicito.

miércoles, 2 de febrero de 2011

BLOGLOVIN


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