sábado, 24 de marzo de 2012

MI CAFÉ CON LECHE PREFERIDO

Llevó ya 15 días hecha un asco desde que me caí. Ya me han hecho pruebas y por suerte, no hay huesos rotos ni fisuras; pero sí hay problemas musculares: desgarro muscular y lo que sea. No quiero ni oír hablar ya más del tema por hoy...

Total, que llevo 15 días en los que he ido cambiando mi grado de autonomía para hacer las cosas: levantarme, ducharme, ir al baño (sí, leéis bien), vestirme, etc. Lo peor fue los primeros días. La verdad es que ya estoy muy bien. Tengo dolor, tengo problemas con ciertos movimientos, estoy un poco agarrotada y no aguanto más de 20 minuto sentada en una silla (una horita en un sofá). 

Pero este post no es para contar cómo han sido estos días. Este post es para contaros mi café con leche preferido. 

Cada día, cuando me levanto, voy directa a la cafetera, la enciendo y espero con ansia que me mande el mensaje de: "ya puedes hacer tu café, adicta." Luego me planto delante de mi macbook y lo enciendo y empiezo a navegar mientras me despierto poco a poco. Es un momento genial: hay silencio, hay paz, y me estoy tomado un café con leche buenísimo.


Y es que mi café con leche es muy particular: no mucho café, leche semi, 35 segundos en el microondas, sin pasarse de azúcar y encima de esa fina capa de espumita espolvoreo un poco de cacao. Mmmm... es delicioso. 

Como os podréis imaginar, los primeros días (variosssssssss) no he podido hacerme ningún café con leche. El primer día, cuando desperté con un dolor de narices y sin poder moverme, mi Príncipe coronado vino me dijo: "hola cariño, ¿cómo estás?" y me dijo: "te voy a preparar un café con leche que seguro que te apetece".

Se lo agradecí, y pensé qué mono que es... Pero he de reconocer que pensé que no me haría un café con leche como a mi me gustan. Me haría un café con leche normal, que también me gusta. Y debo decir que  estaba equivocada: mi Príncipe Coronado me dio el mejor café con leche del mundo. 

Di un sorbo: noté el café justo, el azúcar en su medida y el cacao aromatizandolo. Estaba buenísimo. Sin palabras. Y eso quiere decir, que me conoce perfectamente, que sabe mis manías, mis proporciones, mis gustos con algo tan tonto como un café con leche. Y no miento ¡estaba muy bueno! ¿Cuándo me ha observado? ¿Cómo lo ha recordado? Me dejó maravillada, asombrada y aun más enamorada. 

MUCHAS GRACIAS POR EL MEJOR CAFÉ CON LECHE DEL MUNDO, QUE AHORA ES MI PREFERIDO.




No hay comentarios:

Publicar un comentario