jueves, 8 de septiembre de 2011

SE ACABÓ EL VERANO... Y OTRAS COSAS

Las vacaciones han llegado a su fin (al menos para la mayoría de la población). Los deseados días de playa, las paellas, las sobremesas interminables llegan a su fin.

Aunque pueda parecer melancólico, también hay que ver el lado positivo del tema: por fin dejará de dolerme la vista con esas muestras de falta de estética y educación con las vestimentas del personal. No más bañadores por los supermercados, no más imperios por el mundo. Y es que vaya crimen la camiseta imperio. No puedo soportar ver a un hombre así... Hombres del mundo: ni pantalones cagados ni imperios.

Ahora uno vuelve al trabajo y ve las caras de la gente. La mayoría mostrando ese síndrome traumático post vacacional en la mirada. Pues sin animo de fastidiar, queridos amigos, os tengo que decir que yo todavía estoy de vacaciones. 

Pero con unos días un poco ajetreados, porque los que me seguís, sabréis que me casó este mes... sí, ha llegado el día y mi Príncipe pasará a ser mi rey. Se acabó el Príncipe y llega el Rey.

Pero de eso ya hablaremos. Tengo que hacer mención, en este post, de otras cosas que han terminado y me han hecho mucha pena: unos queridísimos amigos se han separado y otros se han divorciado. Una pena... En especial me da miedo que pase una cosa en concreto: que con el tiempo deje de ver a uno de los dos... Me entristece pensar en esa posibilidad, ¡me deja aterrorizada!  Son gente que veíamos mucho, pilares de mi vida, amigos de verdad... Y ahora los veré menos... ¡Cómo lloré cuando me enteré!

Estoy rodeada de separaciones. Las parejas hoy en día no duran... ¿Qué es lo que hace que las parejas no duren? ¿Somos animales que pueden estar juntos para siempre? ¿Y por qué hay algunos afortunados que sí encuentran el amor? A lo mejor no son afortunados, a lo mejor saben el secreto... 

Pero lo más triste de todo, es ver a gente que había estado enamorada, que habían estado seguros con otra persona, que se habían querido más que a nada en este mundo y ahora se odian, se menosprecian, se quieren olvidar en incluso lamentan haber estado juntos alguna vez. Eso no puede pasar (sólo en contadas ocasiones, en las que desde un inicio no era amor, era otra cosa). 

Que nadie lo olvide nunca: lo antes os parecía tan maravilloso, no cambia tan radicalmente. A lo mejor nos olvidamos que nosotros también cambiamos, que las cosas de pareja son siempre de dos...







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