viernes, 24 de junio de 2011

DISCUSIONES PÚBLICAS


Ayer se celebró la "Revetlla de Sant Joan" en mis tierras. Es un día alegre en el que los amigos se reúnen, cenan juntos y los más pequeños (y los mayores, que también lo disfrutan) tiran petardos y cohetes.

Mi Príncipe es un enfermo de la pirotecnia. Es unos de las noches que más le gustan porque se transforma y se vuelve loco comprando cantidades indecentes de petardos y después haciéndolos explotar. Es curiosos que eso de tirar petardos es más bien masculino. Lo que digo es que al género femenino, por lo general, no le motiva tanto hacer explotar cosas.

Personalmente, nunca he disfrutado con los petarditos. Me gusta ver la pirotecnia, la encuentro bonita, pero no me motivo tirar petardos. 

Así que ayer, fuimos a casa de unos amigos a celebrar la noche. No me hacía mucha ilusión, la verdad. Estoy un poco baja de moral y hacer el papelito con tanta gente me costó lo suyo. Pero en fin... Por lo que vi, no era la única que no tenía la noche. Tres discusiones públicas hicieron de la noche un programa de Ana Rosa de lo más substancial.

El motivo en sí, la causa o el por qué no tiene importancia. Ni tampoco quién tiene la razón. El caso es que no puedo entender cómo la gente discute en público. ¿No se pasa vergüenza? Digo yo, que si los que lo vemos ya nos ponemos tensos, imagínate los que lo viven personalmente. Pues parece que no... Parece que les da igual.


He llegado a la conclusión que es un tema de autocontrol. Supongo que cuando alguna cosa te hiere, tu orgullo se ve tocado, cuesta mucho controlar la reacción. Y algunos no lo quieren contener o posponer para luego, sino explotar allí mismo, como los petardos. 

Concretamente ayer, sucedió una lucha de poderes. Como dos gallos picoteándose las parejas se molestan y a ver quién gana. Hasta que de la broma se llega al insulto y luego a la falta de respeto. Y ahí, ya no hay vuelta atrás. Ya se ha perdido todo. Faltar el respeto en público es una actitud muy poco madura. Es la persona a la que queremos, así que tendría que ser la persona a la que mejor tratamos. Pero no pasa así, la confianza da asco. 

Os recomiendo que no discutáis en público. Bueno, los que no se sepan controlar que lo sigan haciendo, al menos los que están alrededor entonces luego cotillean a vuestra costa un buen rato... Pero si no queréis ser pasto de cotilleos, contad hasta tres, coged vuestra libreta interna y apuntad lo que os ha dolido. Luego en la INTIMIDAD, le comentáis a vuestra pareja lo que os ha dolido. 

Racionalidad queridos, racionalidad...


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