Y seguimos con el tema... El OKUPA sigue molestándome de mala manera.
Y ya no puedo más. ¡Quiero ponerme unos tacones! No soporto más no poder ponerme un poco más femenina, porque claro, el hecho que tenga que coger unos zapatos u otros me implica en toda mi vestimenta... Es desesperante...
A los tres días me saqué el parche que compré en la farmacia... Un rectángulo blanco estaba en mi pie, pero el ojo de pollo seguía allí... Como si no le hubiera puesto nada. Así que decidí volver a ponerme otro parche. Pero esta vez más pequeñito. De hecho no entiendo por qué lo puse tan grande la primera vez...
Una vez pasados tres días volví a sacar este parche. Y por fin, ¡Cayó una especie de mini pincho que dejó un mini cráter en medio del OKUPA! JA! He ganado una batalla... Pero entonces por qué sigue doliendo...
Lo importante es ganar la guerra. Decidí dejar respirar mi rectángulo blanco. La pobre piel necesitaba un poco de aire. ¡Y a las 24 horas descubrí que se me estaba desenganchando del pie todo el rectángulo! Qué horror, esto no puede ser verdad. Es como un martirio que no termina nunca... Así que cogí unas tijeras y corté todo lo que pude (ya sé que es un poco asqueroso... Pero intento suavizar todo lo que puedo. No haré descripciones).
Total, que debajo de esa piel existe una piel nueva fantástica, pero está poco curtida y me duele... Y sigo aquí, en este punto... Que no sé si el OKUPA ha caído del todo o sólo era un trozo... Tengo que esperar... ¡No quiero volver a qué me corten el pie con ese utensilio, incluso tengo pesadillas con él! ¡No puedo más! ¡BUUUUUUA! Y claro, ello ha provocado un día de "no tengo nada que ponerme"...
Os juro que el día que no me duela pienso ponerme el zapato más alto que tenga! Y sentirme mujer, que eso de ir casual todo el día me pone enferma... No lo digo en broma... Colgaré una foto y todo para que veáis que hablo en serio...
¿Nadie conoce un remedio casero? ¡Lo que sea!
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