El otro día salimos a cenar con unos amigos. La cena fue bien. Ya podemos disfrutar de las terrazas con este clima y eso me alegra la vida.
Una vez nos tomamos una copa en la misma terracita nos fuimos a la discoteca. Hacía mucho tiempo que no salía un sábado. A mi esto de salir con tanta gente me agobia. Y los sábados es lo que pasa. Yo prefiero los jueves, que también hay gente y ambiente pero no tienes que andar con los brazos alzados para evitar que no te tiren la copa.
La gente se emborracha de mala manera y acabas pisada o con parte de la copa de alguién por encima. Así que yo, a no ser que sea por algún motivo en concreto, no voy a las discotecas los sábados.
Y el pasado sábado, reafirmé mi opinión. No sólo la discoteca estaba llena hasta los topes, sino que fuera ahora también está lleno. La puerta de la discoteca estaba plagada de gente (consecuencias de la ley antitabaco). Pero eso no me molesta, lo entiendo. A quien sí le molesta es a los vecinos.
Lo que pasó es que me quedé atónita al ver una escena de lo más pintoresca a pocos metros de la discoteca. Pasó cuando ya nos íbamos. Mi Príncipe y yo ya teníamos bastante por esa noche y nos dirigíamos hacia el parking. A nuestra izquierda quedaban todos los coches aparcados y mucha gente se apoya en ellos. Había un grupo de cuatro chicas, pero no estaban fumando, ni hablando; estaban meando entre dos coches. No podía creer lo que veían mis ojos...
Dos de las cuatro chicas estaban en ese momento con los pantalones bajados, con unas súper bragas enormes de algodón que ni mi abuela... Pero no sólo veíamos las bragas, veíamos qué tipo de depilación llevaba (que no llevaba por cierto...). Las dos amigas que no estaban haciendo pis, en teoría tapaban, pero no tapaban nada, porque habían escogido un espacio bastante grande, así que como si no hubiera nada.
Pero por favor, cómo se puede ser tan asquerosa... Y qué visión tan desagradable. Si pensaban ligar esa noche lo llevaban claro. Aquello era dantesco. Y si quieres mear en público, en una calle céntrica (porque se podía haber ido a una calle secundaria) escoge unas bragas más o menos monas, no las de la abuela. Que la talla no implica no poder ir fantástica...
Lo único que dijo mi príncipe fue: "Le estoy viendo hasta el carnet de identidad a esas dos chicas". Sí claro, como no... Chicas por favor, no den estos espectáculos por amor propio, que luego vuelven dentro de la discoteca todas pintaditas y oliendo a perfume y en realidad las manos están llenas de otras substancias menos higiénicas...
Y si hay que hacer pipí en público porque los baños están saturados y hay colas de una hora, háganlo con estilo y un poco de discreción (y traigan un cleanex consigo)... ¡por decoro! Las cosas se pueden hacer de muchas maneras, escojan la elegante... Aunque lo tengo que decir: por muy monas que sean o muy glamourosas que vistan, mear en público siempre será una imagen patética...
No hay comentarios:
Publicar un comentario