Hoy me he levantado un poco tonta. Sí, sí, lo reconozco. Soy consciente que a veces me levanto un poco trastornada...
Y más o menos siempre sigo el mismo patrón: una sensación de tristeza, de desazón, de mala gana... ¿Y qué pasa entonces? Pues que lo sufre quien está a mi lado... Que como os podéis imaginar, es mi príncipe.
De verdad que hay que tener paciencia... Me levanto, tomo mi café con leche, me voy a la ducha, y cuando salgo, me planto delante del armario. Me quedo quieta, mirándolo. Pero no como adorándolo, sino con cara de duda... Y entonces viene el desastre:
- No tengo nada que ponerme...
Esas cinco palabras, son la prueba irrefutable que estoy viviendo una crisis existencial. No falla. Y os lo digo de verdad, cuando me pasa, no sé qué ponerme, no veo nada bien. Y entonces soy capaz de probarme siete cosas diferentes y todas son un desastre...
Hoy, en concreto, el drama ha sido que no encontraba unos zapatos adecuados... Pero el problema real no son los zapatos... He acabado probándome seis pares... Ninguno me gustaba: uno me dolía, el otro me arrugaba el pantalón, el otro era demasiado oscuro, etc. Lo que sea. Pobre mi príncipe... Suerte que ya me conoce y me ignora.
De hecho es lo mejor que se puede hacer en estos casos: si me dice cualquier cosa, no la encontraré bien, y si no me dice nada, me sentiré ignorada. Lo mejor es que no me diga nada, al menos no le contagio la tontería...
¿Por qué me pasa esto? Son las hormonas, me han contado... Pues bien: hormonas, estoy en guerra con vosotras, no soporto que controléis mi vida así... Os odio... ¿Cómo puede ser que unas hormonas asquerosas controlen mi estado de ánimo de esta manera? No me da la gana... ¡ El día que tenga la menopausia seré insoportable!
Pero lo reconozco, a veces me dominan... Y entiendo que a los hombres les cueste ponerse en nuestro papel. Supongo que ven a su pareja desquiciada por momentos enfadándose por cosas absurdas o reflexionando de manera histérica acerca de algún tema... O llorando como una magdalena porqué no encuentran un calcetín... (a mi me pasó, lo sé, patético...). Pero hay que ser comprensivos, así que por favor, haced un esfuerzo.
Hay que imaginar que tenemos un Hulk dentro que sale cuando las hormonas deciden montar una fiesta... Ya sé que suena un poco raro, pero cómicamente, es eso lo que pasa... Algunas tenemos dos caras... El problema sería que la cara habitual fuera la desquiciada...
Al menos lo reconozco: son tonterías. Pero no lo veo en ese momento, lo veo cuando ya se me ha pasado. No lo puedo remediar...
Odio las hormonas. Y no quiero decir nada más porque sigo sin tener nada que ponerme...
Odio las hormonas. Y no quiero decir nada más porque sigo sin tener nada que ponerme...
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