Ayer en Twitter @princesanegra23 colgó un tweet que me hizo pensar: "Me debato entre la duda si soy sensible o gilipollas."
Puede que sea por una vivencia personal, pero @princesanegra23 expuso exactamente cómo me siento. La frase, por muy graciosa que pueda ser, es de lo más profunda. A veces vivimos alguna situación cargada de sentimentalismo que no nos deja pensar con toda la claridad que sería necesaria.
Esto pasa con la familia: uno no escoge la familia que tiene, sencillamente nace ahí, y es la que toca. ¿Que pasa cuando alguien quién representa que debe quererte, respetarte y hacer las cosas no para obtener algo a cambio hace exactamente lo contrario? Te desconcierta.
Y como te deja medio tonto por el shock que representa actuar de un modo contrario de lo que se espera, te quedas aturdida, afectada y pensando que eres demasiado sensible, que no debes tener en cuenta lo que ha pasado. Pero cuando pasan unas horas, unos días piensas que no eres demasiado sensible; lo que pasa es que eres gilipollas, idiota. No debemos aceptar que nos insulten a grito pelado, sea quien sea. Ni amigos, ni maridos ni nadie. Y cuando ni amigos ni maridos te insultan y llega un familiar y te insulta te quedas de piedra.
@princesanegra23, tu no lo sabes, pero te aseguro que tu frase me ha ayudado mucho y me ha dado mucho que pensar. Y no pienso decir nada más al respecto, sólo una conclusión: no pienso ser gilipollas otra vez.
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