domingo, 21 de agosto de 2011

NOTICIAS ESCALOFRIANTES

Hoy me levanto, me preparo un café y me pongo a leer las noticias de un periódico. Una maravilla de mañana.

Pero la cara se me desencaja cuando leo cuatro noticias (sí, sí, no una o dos o tres) que narran la muerte de una niña de tres años a manos de su madre; la muerte de una niña de un año, también a manos de su madre con un cuchillo; la muerte de un bebé y que han encontrado un bebé abandonado. 

¿Qué clase de persona puede hacer eso? ¿Cómo se puede ser así? Es una criatura, un bebé, un ser indefenso al que quieres por encima de todas las cosas y un ser al que proteges como todos los animales protegen a sus crías. No lo puedo entender, no me entra en la cabeza y me quedo helada y profundamente triste cuando leo estas cosas.

Pero encima me ha impactado la cantidad de noticias del mismo tipo. Sucesos que ni una película de terror se atreve a mostrar por lo grotesco que es el acto. Y ahora, ¿qué hacemos con estas madres? Leo que se las ha trasladado a un hospital psiquiátrico. ¿Y? En uno de los casos en concreto, la mujer ha degollado a una niña de tres años. Degollado. Es muy fuerte... Y resulta que ya le habían quitado la tutela de otros tres hijos. Esta mujer no puede tener niños. Menos contemplaciones señores y señoras. 

SI se detecta este problema, que la dejen sin capacidad de tener hijos. Como mínimo no pasaran más desgracias. Maltratadores, pederastas, asesinos de pobres niños... Hay que dejarlos estériles, sin capacidad de preñar o ser preñados. Si a esta mujer ya le han quitado tres hijos, qué tiene que pasar? Pues lo que ha pasado, una desgracia total. Y aun así, esta mujer, podrá volver a tener hijos y volver a hacer lo mismo. Mal, muy mal...

Me quedo consternada, muy triste y abatida por lo que pasa cada día a nuestro alrededor.

viernes, 19 de agosto de 2011

HISTORIAS DE LA PLAYA: la violencia

Siguiendo con el verano, que parece que ahora sí podemos decir que ya llegó el verano de verdad (gracias, gracias), la playa sigue siendo el sitio para observar las costumbres de los humanos. 

En esta ocasión y siguiendo un poco lo que ya decía, quiero comentar que se respira mucha violencia en las familias de hoy. Violencia y amargura. No es normal. Los bofetones y las palmadas en el culo van que vuelan entre padres e hijos. Pero lo que más me horroriza, son las frases que oigo. He llegado a escuchar "siempre le amargas  la vida a todo el mundo". ¿Cómo le puedes decir eso a un niño? ¿Cómo pretenden educar si los padres son unos maleducados con problemas de educación y control emocional? 

Están de vacaciones con su familia y están amargados. Ya lo decía yo en el post de hace unos días, el drama de las vacaciones, pero cuando lo compruebas resulta horripilante. La gente está asqueada, sobretodo los hombres. No soportan a sus mujeres, les saca de quicio la actitud de los niños y están esperando para largarse de ahí. Eso sí, la foto en plan "familia feliz" que no falte. Son los peores. 

Patético y muy preocupante. Es un escándalo. No me lo puedo creer. Resulta deprimente pensar que estamos conviviendo con esta gente y lo peor, que su criterio vale lo mismo que el de la gente equilibrada y racional cuando votamos. 

Hay un problema grave, una falta de respeto entre la gente brutal. Si son capaces de tratar así a sus seres queridos, ¿como van a ser respetuosos con nada? Pero a parte de esto, quién quiere una vida tan amargada llena de discusiones, gritos y dificultades? El concepto de familia no es eso. Al menos, no es el concepto que a mi me han enseñado... 

A lo mejor, deberían instaurar una asignatura que se llamara "la familia" en los colegios que enseñara a los niños que es normal y que no lo es. Porque si el modelo que hay en casa es lo que van a imitar, lo llevamos claro. Al menos la gente comprendería que no se puede tratar a sus parejas con tanta violencia en el lenguaje, con tanta rabia dentro (no hace falta ni hablar de otros tipos de violencia). Es preocupante, muy preocupante...


lunes, 15 de agosto de 2011

LA PRENDA MÁS "IT" DEL VERANO FERIANTE


En estos días por excelencia se celebran las fiestas mayores de los diferentes pueblos. No sé si vosotros los habéis visitado o estáis instalados en alguno. 

En mi caso, sí. Estoy en un pueblecito de montaña, dónde han montado atracciones, tiendecillas, un espacio con escenario para conciertos, teatros, etc. Y ayer fuimos a dar una vuelta por la zona de las atracciones. De verdad que la crisis está haciendo estragos, porque cada vez se ve más pobre todo y con menos gente. A mi ya me gusta, estoy más tranquila y hago lo que quiero con más tranquilidad.

El caso es que fuimos a comer un bocata en la caseta de las atracciones. Allí hay que hacer un esfuerzo: no se puede mirar nada. Si analizamos cómo tenía las manos el señor, cómo estaba de sucia la plancha, y el hecho que tuviera un pote para matar cucarachas en la puerta... Uno ya no comería nada porque empieza a picarle todo. La verdad: el bocata estaba muy bueno. Hay que armarse de paciencia porque parece que los traigan de Alemania, pero a parte de la espera, muy bien. 

Muy bien hasta que ya no puedes más del olor de fritanga que envuelve el ambiente. ¡Qué peste por favor! Así que decidimos ir a dar una vuelta por las tiendecillas para poder desintoxicarnos un ratito. Las tiendas son las de siempre: una de pulseras con tu nombre, una de elementos mayas o mejicanos (no conozco bien las diferencias y no sé de dónde es típico todo aquello). La verdad es que no le veo la gracia a estar allí vendiendo eso. A ver, ¿Para qué quiero yo un poncho hippie? ¿de verdad venden eso? Yo nunca veo gente con esas prendas, así que me cuenten...

Luego están las típicas prendas de intento bohemio del año. Acostumbran a ser blancas, intentando dar un punto ibicenco, pero consiguen más algo cutre que bonito. Y este año, amigos míos, han querido estar al día con las tendencias y han decidido llenar toooodas las casetas con un nuevo diseño innovador: ahora podemos encontrar esos pantalones hippies, anchos y cagados con print animal. 


Maravillosos: una línea de estampados de leopardo, zebra, tigre y otros dibujan las casetas de la feria... ¡Qué bonito! ¿Quién tuvo la genial idea? No sé, pero si alguien lo conozca que le transmita por favor que no he visto cosa más fea, cutre y hortera que los nuevos modelos de la feria. Y de momento, aun no he visto a nadie con esos pantalones. (Aún queda algo de dignidad por el mundo, hay esperanza). No se me pongan valerosos queridos feriantes, hay que tener mucho gusto para llevar estas prendas y no caer en la imagen de hortera y tampoco se me ofendan, pero dejen el diseño y la moda para los que saben...

Y a los transeúntes, por favor,no me sean cutres y analicen bien lo que se compran... Mejor se llevan las gafas de sol estilo corazón o una pulsera y no arriesguen su reputación con los pantalones.


martes, 9 de agosto de 2011

HISTORIAS DE PLAYA: LAS FAMILIAS ULISES


Seguimos con el tema de la playa que de verdad que da mucho de sí... Y es que otra de los temas que más destacan de la playa son los montajes de las familias. 

De verdad que yo no puedo entender cómo uno puede tener ganas de ir a la playa con tantos objetos a cuestas. Los observas llegar con el coche cargado. Entonces, van bajando (acostumbran a ser bastantes). Y llega el momento: hay que descargar todo lo que llevan ahí: neveras, bolsas, parasoles, toallas, flotadores, tiendas, las sillas, colchonetas, el hinchador, etc...

Y el pater familias, va repartiendo entre los miembros de la familia los diferentes utensilios. Eso sí, con diligencia y rectitud: "¡Niñooooo, para ya con la pelota coño. Coge los parasoles!". Y así con los diferentes miembros de la familia. Todo un ejemplo... 

Luego el camino se hace eterno. Claro, imaginad 100 metros del coche al lugar elegido, pasando por ese trozo con la arena quemando los pies y sufriendo el calor del sol en las espaldas... Y finalmente, llegan a destino y plantan su sede. Pero son unos 20 minutos más de montaje. Total, que han estado un mínimo de 40 minutos de tener el culo en el asiento del coche a tener el culo en la silla plegable estilo camping. Un drama, que queréis que os diga. Parecen la familia Ulises del TBO. Un clásico.

Pero además, van con cara de mala leche durante todo el camino, y los niños se llevan más de un moco estilo garrulo-sin-educación en varias ocasiones. Y es que he observado que la gente se trata con mucha violencia. No entiendo cómo les hablan así a sus hijos e hijas. Pero de eso hablaré en el próximo post.

Luego está la vestimenta: esas camisetas imperio trasladadas a camisetas normales. Que queréis que os diga, siempre consideraré que un tío con una camiseta sin mangas es un garrulo, sin estética y algo feo. No lo puedo soportar. Ver a los hombres con camisetas de tirantes me provoca un "ai uix".  Obviamente, mi Príncipe nunca llevaría tal indumentaria. También observamos la nueva moda calzoncillos debajo del bañador, pero de ese tema ya hablamos.

Y así pasan el día. El hombre-sandía va durmiendo, los niños van entrando y saliendo del agua, y de vez en cuando, todos ellos comiendo patatas fritas y bebiendo refrescos de dos litros (a morro, claro) de la marca DIA. Os lo juro, casi todos van de DIA. No olvidéis en este organigrama, los gritos de vez en cuando de cualquiera de ellos: entre hermanos, marido y mujer, padre a hijos, etc...

Y cuando acaba el día, vuelve a desmontarlo todo, vuelve a gritar, vuelve a hacer el camino, parada técnica para limpiar de arena todos los objetos y personas, vuelve al coche y para casa, a recolocarlo todo por ahí (digo yo...).

Y yo me pregunto: ¿Por qué no hay una playa para gente educada y con clase? ¿Por qué tengo que cohabitar con esa gente? Es lo que pasa con las cosas públicas... ¡Cuánta educación hace falta por Dios, cuánta...!



domingo, 7 de agosto de 2011

VUELVE EL CLÁSICO DEL VERANO CON UNA NUEVA MODA


¡Por fin! Los días del sol han llegado y he podido gozar de una playa como debe ser: repleta de arena que quema, con el agua a esa temperatura fantástica, una suave brisa y... las familias, parejas y amigos dejando que yo me inspire para relatar historias de lo más divertidas!

Y es que la playa, a parte de ponerse moreno, pasar un día fenomenal y otras muchas cosas, tiene la ventaja (o desventaja en ciertas ocasiones) de ser un balcón para observar a la especie humana en acción. Familias viviendo el drama de las vacaciones, machos y hembras haciendo el pavo real, niños maleducados... En fin, todo un abanico de posibilidades de existencias agradables, divertidas o amargadas para unos cuantos...

Siempre encuentras ese niño bonito (al que mataríás) que con su joviales y alegres passos te tira la arena cuando estas tumbada en tu toalla impecablemente colocada sin arrugas ni arena. Y sus padres, lejos de decirle un "no corras", pasan de el totalmente: "Ala niño, toma la pala, el cubo y ves a construir castillos".

Pero este año, me ha sorprendido una cosa que he observado en piscinas y en playas. Primero creí que se trataba de una moda local, pero por lo que he podido observar la nueva moda se ha extendido y es general: los niños (tirando a adolescentes) se bañan con calzoncillos debajo del bañador. 

La primera vez que lo vi me sorprendí mucho. Y como podía le dije al niño en cuestión: ¿Por qué llevas unos calzoncillos debajo del bañador? El niño dijo una explicación de lo mas aclaradora: "No se, mira... así no noto el agua tan fría". No lo entendí muy bien, pero cierto es que yo no tengo partes masculinas para saber lo que se siente o si hay tanta diferencia en mojarse con un tipo de tela encima o no. Pero creo que sinceramente no es esa la diferencia. 

Entonces,  ¿por qué lo hacen? No lo entiendo. Es una moda, pero ¿quién fue el primer pringado que puso de moda esta asquerosa y guarra costumbre? Es que tiene que ser incómodo: primero ponerse unos calzoncillos, luego el bañador y todo mojado y pegado al cuerpo... Es una de esas cosas que ya molesta de pensarlo... 

Sea como sea, eso es lo + cerdo del verano. Miren ustedes mismos cuando vuelvan a las piscinas o a las playas que esta costumbre esta cuajando entre el personal masculino joven. Y si alguien puede, que me cuente por qué lo hacen y a santo de qué. Seguro que uno los llevo por algún motivo médico y para no destapar el tema dijo que era una nueva moda. Y el resto de los burros que no tienen carácter y no piensan dijeron: "pues yo también"...


lunes, 1 de agosto de 2011

¿TE ACUERDAS CUANDO...?

Lo siento mucho, pero tengo que decirlo: cuando nos hacemos mayores, la gente recuerda el pasado y acostumbra a parecer un mundo mejor. Es una verdad como un templo... Al menos eso debemos deducir de la sonrisita que se le dibuja a la gente cuando habla del pasado.

Todos hemos escuchado a alguna persona mayor contarnos historias del pasado. Pero lo pesado es cuando dos personas, empiezan a mantener una conversación acerca de su pasado (del que tu no formabas parte) intentando recordar nombres, sitios, días exactos, etc. Y cuando lleban 15 minutos tu ya estás dormida o pensando en otra cosa... Porque te aburres... I no es plan de ponerte a jugar con el tenedor o la pajita de la copa... También hay que decir que algunos te introducen en la conversación dando explicaciones para que te puedas poner en situación y compartir unas risas.

Lo que me preocupa, es que la gente de mi entorno empieza a hablar demasiado del pasado... Sí, empiezan con explicaciones de recuerdos y se les pone esa cara de melancolía... Ay Diós... Indudablemente me estoy haciendo mayor... ¿Cuándo empezaré yo a hacer lo mismo? ¿Lo hago ya? Creo que no... Porque no tengo contacto tan directo con gente de la infancia. ¿Pero lo haría si lo tuviera?

Para no quedarme fuera de la conversación o para participar, traslado las situaciones a mis épocas equivalentes. Hay que decir que soy una persona que, por lo general, siempre me he rodeado de gente mayor que yo. Desde pequeña. Me lo he pasado mejor con ellos que con los de mi edad. Claro que tenía amigos de mi edad, pero a partir de la adolescencia cada vez he tenido menos. 

Por ello, me encuentro con gente mayor que yo muchas veces. Y en más de una ocasión les he dicho: "parecéis abuelitos recordando batallas..." Claro, no se ofenden, pero se ponen en alerta. Al menos se dan cuenta a qué me estoy refiriendo y me incluyen en la conversación o cambian el tema. Es de agradecer.

Pero volvamos al tema: hay pocas conversaciones a mi alrededor que no acaben en: "yo me acuerdo de pequeña/o cuando..." y ya han empezado... Y te hablan como si fueran de una época absolutamente diferente a la tuya (que tampoco hay para tanto...). Luego están los que (desde mi punto de vista) hacen el ridículo porque por alguna extraña razón quieren hacer ver que las cosas eran muy diferentes cuando ellos eran pequeños.

"Cuando yo era joven no teníamos coches como ahora". Perdona, tu no tenías coche, mi familia sí. Hay familias que hace muchos años que poseen un coche. Lo que no quiere decir que no existieran como lo plantean algunos... Es como las compresas. Hay mujeres que te hablan de una manera... parece que oiga a mi bisabuela. Mi madre siempre ha llevado compresas; no con alas y de las mil maneras que podemos encontrar hoy, pero las había... ¿Por qué pretenden ser más viejos de lo que son? ¿Intentan disimular que en su familia había creencias estúpidas de ignorantes? ¿Que el hecho que ellos no vivieran cómodos era normal? ¿Qué hay de malo en el pasado familiar? ¡Nada!

Por ejemplo: años 60, suena lejos... Pero pensemos: los Beatles, la minifalda, los colores, los bailes, los hippies, los Rolling Stones, etc... ¡Eso no es la prehistoria! ¡Es una década de liberaciones! Me repito como una cotorra pero siempre es lo mismo: EDUCACIÓN. Y ya no de protocolos, educación cultural, conocimientos.

En fin, que estoy preocupada... Porque sólo veo aspectos a mi alrededor que me recuerdan que yo también me estoy haciendo mayor... Pero, ¿por qué a mi no me pasa que cuando veo un edificio en un lugar pienso: "de pequeña todo esto eran campos..."?