Bueno, como he visto que a mucha gente le gustó el post de la primera parte, he decido seguir el análisis del campo y la ciudad. Ya añadí 5 puntos comparativos, por lo que voy a seguir enumerando, con una opinión más que objetiva, las ventajas y desventajas del campo y de la ciudad.
6. Huele a mierda. Pues sí. El campo huele a mierda, y no es una metáfora, es literal y es verdad. Huele fatal. Siempre me tapo la nariz cuando empieza a llegarme ese hedor asqueroso... Porque, por si no lo sabíais, el motivo por el cual somos capaces de percibir los olores es porque microscópicas partículas de mierda (o del olor que sea) están en el aire y entran en nuestro cuerpo. Así que cuando oléis mierda, estáis comiendo mierda. Es asqueroso, lo sé. Desde que me lo contaron no pienso en otra cosa cuando algo huele fatal... Y no quiero poner ejemplos...
Y siempre me hago la misma pregunta: ¿Ellos no lo huelen? a lo mejor uno se acostumbra a ese olor y acaba por ni tan siquiera notarlo... Están abonando los campos, lo sé, no soy idiota. Pero no pueden encontrar un substitutivo menos asqueroso? Pobre hombre el que reparte la mierda... Ai uix!
En definitiva, estaréis de acuerdo conmigo que esto es una desventaja total de vivir en el campo. Porque tanto que se quejan algunos de la polución y la contaminación de la ciudad, pues que quieren que les diga, ustedes se están comiendo mierda cada día cuando abren la ventana de su casa (en teoría para ventilar) y han abonado los campos.
7. Malditos insectos. Odio los bichos. Me dan un asco terrible. Algunos incluso pánico. En especial, las abejas. Tanto rollo con el campo y lo que me pasa es que me estreso más que si trabajara en Wall Street, pendiente de si ese zumbido es una abeja que quiere chuparme la sangre o si ese cosquilleo es una araña asquerosa subiendo por mi pierna. ¡Me pica todo sólo con pensarlo!
Un amigo me contó (con muy mala idea conociéndome, la verdad) que de media nos tragamos unas 8 arañas mientras dormimos... Que trauma por Dios.... Si ya dormía con tapones y antifaz, ahora tengo que ponerme un esparadrapo en la boca para que no me entren las arañas. ¿Qué voy hacer cuando esté constipada? No quiero ni pensarlo... Así que si vivís en un sitio con muchos bichitos, cerrad bien la boca. Al menos en la ciudad entran menos.
8. Una conducción diferente. Vivir en el campo significa que conduces de otro modo. Es un hecho. Ellos van a comprar el pan o van al cajero y dejan el coche en medio de la calle: "si es un momento" deben pensar. Pero bueno, ¿cómo puedes parar un coche con tanto descaro y que se esperen? No se me ocurriría en la vida. Que porque yo tenga que comprar una cosa los otros se esperen... Y a parte, van lentos de narices, así que ya puedes armarte de paciencia. Como algún suicida haga esto en medio de una urbe lo dejan sordo a base de pitos.
Una cosa es una urgencia, una persona mayor, descargar unas maletas, etc. Pero, ir a comprar? dónde llega el individualismo? A parte, no son tan sanos y naturales? Porque cogen el coche? Que vayan andando! Así no contaminan su tierra abonada y no colapsan las calles. Esta son esa clase de incongruencias que no hay quien las entienda.
9. Un gran paisaje. Me guste o no me guste el campo, una cosa es vivir, y otra muy distinta es visitarlo. Las vistas que tienen en el campo son preciosas. Bueno, rectifico: las vistas de algunos pueblos son preciosas. Hay pueblos que no han sabido conservar su encanto y en diez años se han convertido en unas mini urbes sin ningún encanto y han transformado su pueblo limitando la parte encantadora a "el casco antiguo". Construcciones horrorosas sin ninguna estética (seguro que alguien ha recibido dinero por dejar hacer una casa rosa al lado de una verde), fábricas mal ubicadas (lo poco que costaría hacer una línea de árboles delante para que des de la carretera no se estropee la vista con ese monstruo gris. Pero no, la mayoría de alcaldes buscan mil i una razones para hacer crecer su querido pueblo de malas manera y convertirlo en una década, en una población suburbana en medio de un bosque.
Ejemplo tendrían que tomar de las poblaciones del sur de Francia, allí no han dejado hacer aberraciones, hay una línea estética. ¿Quiere usted hacerse una casa? Perfecto, pero la fachada de piedra como todo el pueblo. No se lo puede costear... pues ahorre o vaya a otro sitio. No podemos dejar que se destruya una estética tan bonita.
El disgusto que debes de tener si eres propietario de una casa preciosa en el campo y viene el antiestético de turno con su camisa de leñador y decide hacerse una casita verde moco a tu lado, con lo que te está costando a ti restaurar y mantener la tuya.
Ellos son los asesinos del paisaje, porque eso lo permite su alcalde, escogido democráticamente.
10. ¿Campo = mal gusto? Es un tema curioso: vivir en el campo significa no vestir bien? La mayoría de personas de los pueblos no saben vestirse bien, van mal conjuntados, horteros. Parecen sacados de décadas anteriores. ni falta hace decir que de chicas femeninas hay pocas (claro que no me extraña, donde vas con una minifalda con ese frío... O con tacones con esa dificultad de suelo...). Cindy Lauper combinaba menos colores que ellos. Pobrecitos niños, con las monadas de conjuntos que hay y me los llevan mal vestidos y oscuros, sin alegría.
Y esos hombretones, todos rústicos, con bambas todo el día... Que poco glamour hay en los pueblos, de verdad. No lo soporto. Y como te pongas una minifalda o unas b mosqueteras otas serás la puta del pueblo: "¿dónde va esa?, mírala..." No va a ningún lado, va a la moda tarugo.
Conclusión: No le veo la gracia a eso de vivir en el campo. Sólo quiero vestirme como quiera cuando quiera, no tener que dar explicaciones a nadie sobre mi vida y no comer mierda de vez en cuando. Me quedo con el asfalto y las tiendas de una gran avenida.
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