PROGRAMACIÓN: ¿QUIÉN QUIERE CASARSE CON MI HIJO?

Estos días, en una desesperación por aburrimiento, he visto todos los programas de ¿Quién quiere casarse con mi hijo?

No tengo palabras... No sé por dónde empezar...

En primer lugar, quiero pensar que estas chicas estaban allí porque cobran un dinero. Prefiero pensar esto que no que hubiera alguna que realmente pensara encontrar pareja allí. Pero o realmente se lo pensaban o se merecen un Óscar a la mejor interpretación.

Pero empecemos por los candidatos: No me quedaba con ninguno de ellos ni regalado. Son un saldo.

David Olid que se piensa que es el más guapo del mundo, el más inteligente, que presume de estudios y de ser stripper, un chulo total... En fin, todo se desmorona cuando habla cometiendo errores gramaticales continuamente... Y luego se queja de la actitud de las chicas que (no lo olvidemos) el mismo ha elegido.

Rubén Poveda, otro que también se cree el más guapo del mundo, con su obsesión por la ropa y la apariencia, incapaz de hacerse la maleta el solito sin su mami pero con unas exigencias que ni el mismo se cree. El tío se piensa que es un top model vamos, no tardó en mostrarse desnudo y proponer como actividad para sus pretendientes una sesión de fotos... Sin comentarios.

Buscan una mujer que cocine, planche y lleve la casa pero que sea una loba en la cama... ¿Pero tu te has oído piltrafilla? Tu lo que buscas es una criada particular que sustituya a la mami que ya está un poco harta de vosotros. Aunque ellas han permitido este rol y este juego. Esos tíos están allí por el dinero y por ver si cae alguna. Estoy segura, porque se han ido morreando y magreando hasta los límites que han podido.

Luego está el Don ópera, José Luís de la Guardia. Un señor que presume de alta sociedad, hijo de diplomático, con una madre que obviamente encuentra ordinaria a cualquiera de sus pretendientes. No me extraña... Pero la reflexión es: ¿Por qué un tío como este necesita ir a un programa así? ¿Es que se han arruinado y quieren un poco de dinero? No debería ser eso, al menos por lo que ellos cuentan... Aunque dime de lo que presumes... Alguna cosa escondida hay por ahí seguro... ¿Por qué se someten a estos programas? No lo entiendo. No me entra en la cabeza. ¿Realmente están allí para encontrar pareja? Este señor, sólo por presentarse a un programa así, ya no es un candidato. Encima tiene un ojo... Una de sus pretendientes le confesó haber sido portada de interviú, cosa que a la madre no le hizo ninguna gracia. Pero su "favorita" acaba de posar para la revista también, en la que declara que Don ópera es su hombre ideal. claro, una rumana que no trabaja y que tiene un palmito busca hombre hijo de diplomático...

También tenemos al friki de turno, Daniel del Río, un chico de 27 añitos virgen con una madre dominante que anula su personalidad 100%. Ese pobre chico no sabe dónde se metió. Seguro que fue idea de la madre. No puede ser de otra forma. Pero que sea virgen es un poco rarito a esa edad... La verdad es que creo que a este chico le ha cambiado la personalidad a medida que avanzaba el programa. No sé si encontrará novia. Lo que sí, más autonomía personal.  

Y finalmente tenemos al buen chico gay, Luis Ángel Ares. El más normal de todos (aunque tenga una personalidad neurótico-compulsiva). Al pobre le han metido los cuernos antes de empezar la relación. Y delante de toda la audiencia. No sé el desenlace, sé que mañana lunes se emitirá el último capítulo del programa y podremos ver qué deciden hacer cada uno de los concursantes. Espero que este pobre chico tenga un poco de dignidad. 

¿Y las candidatas y candidatos? 

De espectáculo  también: numeritos de celos, demasiado pensarse las reinas, actrices porno, actitudes soberbias, tácticas a ver quién calienta más, etc. A más de una le habrá ido bien observar que no son las más mejores del mundo. 

La verdad es que el programa no deja de ser un punto de voyeurismo social. Observamos la tele con estos personajes como cuando miramos embobados una pecera. No es que nos aporte nada, nos distrae. No tiene desperdicio por sus actuaciones. Ver este programa no aporta nada más que entretener. Y algunas carcajadas por ciertas actitudes o explicaciones de los participantes. Mañana el desenlace, que no pienso ver en directo ni de coña, mejor vía web, que así no tragamos los mil anuncios soporíferos...

Por favor, que mal está el mundo...