Maite, hizo un comentario del anterior post. Habló de las SUPERWOMAN.
Si no la entendí mal, creo que tenemos el mismo sentimiento acerca de las SUPERWOMAN.
El caso es que revistas y otros medios nos han metido en la cabeza que existe una mujer que es invencible. Lo más de lo más. Se levanta, viste a sus peques, les prepara el desayuno, les prepara un bocata recién hecho para el colegio, luego se va al gimnasio (o cuando sea, el caso es que ella sí va al gimnasio); va a trabajar, hace la compra, hace los deberes con los niños, prepara una colada, plancha mientras los niños juegan, sabe mil recetas, baña a los niños, etc.
Y no nos olvidemos de que lleva el pelo perfecto, las mechas siempre ideales y va maquillada suave pero adecuadamente cada día. Y no tiene ojeras...
Pues bien: me da un poco de rabia esta beatificación de la SUPERWOMAN. A lo mejor es porque yo no soy capaz de hacer tantas cosas en un día. Pero que queréis que os diga: en el fondo tampoco quiero. Porque creo profundamente que si hiciera todo esto, al final me volvería un poco loca. Perdería muchas cositas de la vida. Y soy de las que piensa que si una no está un poquito en paz con una misma, no puede hacer el resto de las cosas como debe.
¿Cómo afrontar un problemilla si ya estás de los nervios sin que pase nada más que la cotidianidad? Imposible. Y luego vienen los divorcios... Y no me extraña... Yo no soy una SUPERWOMAN. Pero si estoy feliz con mi vida. Me gustaría poder tener más tiempo para algunas cositas, pero bueno.
Pero parece que una no es buena o moderna si no es una SUPERWOMAN. Pues oigan: seré una anticuada. Me da igual. A mi me dan más pena que otra cosa. No pasa nada porque lleguen las 8 de la noche y no sepas que hacer para cenar a los niños, ni que tengas un montón de ropa acumulada para planchar o que debas ir a la peluquería pero no sepas cuando porque no sabes de dónde sacar el tiempo.
Así que Maite: sin más, tienes razón.
Pues no sabes cuánto me alegra que compartas la idea.
ResponderEliminarSi es que nos meten cada gol…
En fin, que desde aquí reclamo mi derecho (y el de todas mis compañeras) a no pretender ser una superwoman. Que ni puedo con todo ni tengo por qué poder.
Y lo declaro hoy, que para eso es el día de la mujer trabajadora (que esto tampoco sé para nos qué sirve).