Hablar de este tema ya genera un poco de malestar, lo sé. Sólo quiero hacer una pequeña reflexión respecto a los visitantes.
Por desgracia, en mi vida he estado en más de una ocasión ingresada en el hospital. Es un tema difícil de tratar, sobretodo porque es muy personal y cada uno ha tenido sus motivos y experiencias. Pero no quiero hablar de eso, lo que quiero es dar mi opinión respecto a los visitantes.
Me voy a centrar en una actitud en concreto. Me revienta cuando oigo a la gente decir:
- uy, yo no puedo con los hospitales, no soporto el olor. Sólo entrar ya me coge un mareo y un mal rollo que no lo puedo soportar, prefiero no ir.
Bien, bien... Opiniones las que sean, aceptadas todas. Pero por favor, no hace falta inventar excusas para no ir a un hospital o hacer las visitas cortas. ¿No te gustan los hospitales? ¿Me puedes explicar a quién le gustan? ¿Cuántas personas dedican sus ratos libres a pasear por gusto por los centros sanitarios? Ninguna, por que a nadie le gustan los hospitales. Ir a un hospital significa (excepto en la planta de maternidad, claro está) que hay alguien sufriendo, más o menos, pero no está por gusto allí.
Así que todos esos que no vais a visitar, incluso vuestros familiares, que ya es el colmo de los colmos; porque no soportáis los hospitales: sois unos jetas. Unos caraduras. A mi tampoco me gusta el olor, pero es el que es. Hay gente que no soporta el olor de la gasolina y no conozco a nadie que no se compré un coche para no tener que ir a llenar el depósito. Pues entonces, dónde queda la excusa?
Mucha gente tiene malos recuerdos de los hospitales, yo misma. Pero precisamente por eso, porque tienes un mal recuerdo, hay que hacer de tripas corazón y ir a visitar a las personas que quieres. Por que estar ahí es pesado. No hace falta pegarse como una lapa a la habitación y no irse nunca. (eso también molesta mucho, por experiencia os lo digo) Pero os juro que se alegra el día cuando tienes información del exterior, y no olvidas nunca, quien ha estado a tu lado.
Sólo hay un motivo por el que no ir al hospital: si el enfermo o los familiares más cercanos lo piden. Hay que respetar su decisión.
Conclusión: por favor, rectificad vuestra actitud, debéis hacer un esfuerzo e imaginar que si fuerais vosotros los que estáis allí, sintiendo la soledad, sintiendo la debilidad; como os sentaría que os dijeran que no vienen porqué no soportan el olor del hospital.
Seguro que nada bien...
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