Ayer fue un día "no tengo nada que ponerme". Como ya os conté, el día que cuando me levanto pronuncio estas fatídicas palabras, es que la cosa no va bien. A veces son las hormonas, pero ayer, no eran las hormonas...
Pasa lo siguiente: la persona que limpia la casa y se hace cargo de lavar la ropa y plancharla, me está dejando sin ropa. Y eso me desespera... Ayer cogí un jersey nuevo de este año y cuando me lo puse qué paso? ¡Que era del tamaño de la Barbie! Es que no me lo puedo creer... Y llevamos unos días que cada día descubro un desastre.
Le dije a la persona en cuestión: "¿Ves como me queda esta prenda?" a lo que sólo contestó: "Ah... Sí, sí...". Y nada más. ¿Qué tal un "lo siento porque ya es la cuarta prenda que te destrozo en dos semanas"? No, demasiado difícil. Con un "Ah..." ya tenemos bastante. Pues no señor, no me parece nada bien. Y entonces aparece Hulk (yo que me transformo) y me pongo más que histérica. Pero no le dije nada más. Y eso me preocupó.
He llegado a la conclusión que no le digo nada más porque ya lo dejo como un tema imposible. Y eso sí que le debería preocupar más que un solo "ah...". Total, después de probarme medio armario e ir descubriendo prendas rotas (en total unas 8) las cogí todas y me fui a la cocina. Cogí las tijeras y las corté una por una.
Y cuando finalicé la reunión de la tarde, me fui a comprar. Y ahí, queridos, compré dos jerséis y una camisa dos tallas más grande. Así cuando me los encoja, serán de mi talla. Porque aunque fuera muy gracioso llevar un jersey con efecto toldo, una no puede ir por el mundo así. Y todavía estoy enfadada.
Pero insisto: no puedo entenderlo. Tenemos una lavadora de lo más sencilla. Los programas están escritos por tipo de prenda: algodón, seda, lana, sintético, etc. Uno sólo tiene que separar los colores, poner la ropa dentro, modificar si quiere la temperatura y apretar el botón. Pues se ve que no es sencillo. Para no tener disgustos, yo siempre digo: "lava con agua fría". Y cuando hay que poner temperatura por algún motivo, ya lo hago yo. Ni así.
A parte de comprar las prendas más grandes, cuando estuve en las tiendas decidí que a partir de ahora cuando compre, voy a comprar conjuntos enteros. Sí, será lo mejor. Más o menos ya lo hacía. Compraba pensando en lo que tenía en casa y con qué lo podría combinar. Pero como me estoy quedando sin ropa, y estoy segura que me falta por descubrir algunos desastres más, mis próximas compras serán con conjuntos hechos. Me hace ilusión y todo.
Eso sí... una o dos tallas más grandes...
En serio te sucedió eso, que desagradable, aunque tal vez la persona que limpia tu casa no entendió el mensaje, deberías hablar directamente con ella y decirle de manera correcta (sin gritar ni regañar) que tenga más cuidado.
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