lunes, 8 de abril de 2013

NO HACER EL RIDÍCULO EN UNA BODA


Ya que empieza el tiempo de bodas, creo que es importante hacer una pequeña reflexión que poca gente se atreve a hacer, ya que hablar de dinero siempre es incómodo. Nos dan muchos consejos de cómo comportarnos, pero pocos sobre algunos aspectos. No voy a hablar aquí sobre cómo nos debemos vestir para una boda, qué tipo de vestidos son los adecuados ni tampoco cómo comportarnos en la mesa.

Hoy quiero hablar de un tema que también está presente en las bodas, aunque algunos lo olviden: el regalo. 

Imagen de Smoda el País, 2012.
La verdad es que la tendencia ha ido cambiando. Para empezar, la mayoría de las parejas ya viven juntas, por lo que es un poco absurdo hacer una lista para cubrir sus "necesidades" en su nueva vida de casados: las han cubierto hace tiempo. Ahora encontramos que la mayoría de parejas indican un número de cuenta. Nunca, nunca se nos indica el importe a ingresar (al menos no lo he visto ni conozco de ningún caso). Así que la pregunta es: ¿Qué cantidad de dinero debemos dar?

La respuesta habitual es cubrir el cubierto y un añadir más. Esta opinión, ya genera discusiones. Hay gente que piensa que si te han invitado es porque quieren y que por lo tanto, no se debe fijar este precio. Supongo que hay excusas de toda clase para no pagar. Tampoco sabemos exactamente qué ha costado cada invitado, al menos hasta el día de la boda no nos podemos hacer una idea. Y lo correcto, en eso sí que no hay discusión, es entregarlo antes de la boda; máximo dos o tres semanas después de recibir la invitación. 

Para los que van perdidos, en ningún caso nadie encontrará un catering de boda por menos de 120 o 150 euros, a no ser que sirva croquetas, olivas y cuatro tapas. Así que para no hacer el ridículo, no podemos regalar menos de 150 euros por persona, aunque deberíamos llegar a unos 200 euros en la mayoría de bodas. Si el que se casa es un familiar, esto no es válido: entonces la suma de dinero debe ser más elevada.

También es importante que en el momento de hacer el ingreso o la transferencia identifiquen quien son: no es bonito dejar en el anonimato el ingreso. 

Sí, ir a bodas es una ruina. Cuando nos invitan a más de 3 o 4 bodas supone un gasto espectacular. Pues o reclinamos educadamente la invitación o la aceptamos y no hacemos el ridículo. Pero ir y no hacer el regalo es lo más penoso que se puede hacer.

Lo que no es demasiado correcto, es ir por libre. Me explico: si los novios han pedido dinero, dadles dinero. Ellos sabrán para qué lo quieren. Uno no puede decidir regalar un cuadro fantástico o cualquier otro sustitutivo. Aunque a vosotros no os parezca bien, es lo que debéis hacer. Y si a parte queréis hacer un regalo, hacedlo. Nadie os lo impide. 

Para los novios: no hagan cálculos de lo que pueden ganar para cubrir la boda. Asuman el gasto por completo. No se puede suponer que todos ingresaran dinero, o una cantidad mínima, siempre hay gente que no se comporta como debe, los que dicen que ya pagarán y nunca pagan y los que no dan nada y se quedan tan anchos. Ustedes montan una boda, ustedes asumen el gasto. 

He oido en muchas ocasiones gente quejarse de este tema. Ellos se habían hecho una espectativa y no se ha cumplido. Recuerden esa sensación cuando hagan el regalo de boda a alguien.

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