sábado, 25 de agosto de 2012

El Sr. Grey

Hablamos hoy de lo que habla todo el mundo este verano (al menos entre las mujeres): el libro 50 sombras de Grey.

He leído la trilogía. Más bien dicho, he devorado los libros. La verdad es que me ha encantado... No desvelaremos nada del libro más que una breve descripción por si queda álguien que todavía no sabe de qué va esta trilogía.

Anastasia Steele es una joven a punto de licenciarse que conoce al joven de éxito del momento, Christian Grey. El Sr. Grey lo tiene todo: seguridad, una fortuna indecente, es guapo, listo, tiene éxito en los negocios, etc. El soltero de oro del momento. Pero Christian esconde un alter ego perverso y penetrante. Anastasia Steele se enamora del encantador Grey, pero el pretende tener una relación con el mediante un contrato para ejercer sus actos sexuales sadomasoquistas. 

Y hasta aquí. No diré nada más. Sólo añadiré que es una novela repleta de erotismo, sexo y seducción. Christian no es el clásico príncipe azul. Es controlador, celoso y retorcido. 

Y como no, yo que soy de naturaleza curiosa, empiezo a hacerme preguntas: ¿Eso es lo que las mujeres queremos? El éxito del libro diría que sí. Buscando y buscando por internet he visto que los contratos existen entre las relaciones amo/sumisa. No lo sabía... No pensaba que la sumisión llegara tan lejos. No era consciente que hay gente que realmente vive con este estilo de vida. 

El libro me ha recordado a una película que vi hace años, Secretary. Si no la habéis visto es interesante que la veáis. Mi pregunta es: ¿por qué siempre alguno de los protagonistas de estas historias tienen traumas? Autolesión, abusos, maltratos... Hablo desde la ignorancia del tema. ¿No existe gente sin traumas que ejerzan este tipo de vida? 

No os negaré que la fantasía resulta erótica, pero según he leído, no todas las fantasías deben ser realizadas, por eso se les llama fantasías. Así que la culpa se esfuma... De hecho dudo que exista alguien como Christian Grey: perfecto de aspecto, ridículamente rico, etc. Es un personaje. Poco sé del mundo saco y del bondage. Parece que sea un mundo muy lejano pero que en realidad esta a la vuelta de la esquina... Pero claro, no todo el mundo tiene una habitación de sobras en su casa para crear una sala de juegos...

Lo que no acepto es alguna crítica feminista que ya he oído por ahí sobre que eso es la degradación de la mujer. No se trata de eso. De hecho el mismo Sr. Grey había sido sumiso. Así que no, no hablamos de sexos, sino de sexo. 

Pero realmente, dónde está el límite entre el placer y el dolor? ¿Hay gente que "aguanta" más que otra? Sigo investigando sobre el tema... 

Para los que no lo saben, la película está en el horno... ¿Apuestas para los personajes? Personalmente, mi Christian Grey sería el ladrón de guante blanco, Matt Bomer... ¿Sugerencias? 

¿Pondríais un Christian Grey en vuestra vida?

miércoles, 22 de agosto de 2012

La vuelta

Después de dos semanas desconectada en las islas griegas y de múltiples orgías de placer gastronómico,  estoy de vuelta a la vida real.

De hecho tengo un poco de ganas de volver, menos de las habituales, lo confieso, pero es porque lo he pasado muy bien con mi Príncipe.

He leído, de hecho estoy leyendo, un libro fascinante. Sí, ese libro del que habla todo el mundo... Algunas ya sabrán de lo que hablo.

Me he puesto muy morenita este año, cosa que me encanta. Y de tocar playas pocas... eso no es para mi.

Creo que todavía me queda la opción a dos o tres días locos...

¡Feliz final de agosto a tod@s!

jueves, 2 de agosto de 2012

LA PLAYA ES DE POBRES

Tengo un amigo que dice que ir a la playa es de pobres. Cuando suelta esta frase, la gente ríe, pero creo que no lo dice por hacer una gracia, sino porque realmente lo piensa.

Y he estado pensando en el tema. Y tengo que decir que tiene razón: ir a la playa es de pobres. 

Analizándolo, si uno quiere ir a la playa de su ciudad o pueblo, allí encontrará una serie de familias (con las tendencias de los últimos años) cargadas de utensilios: parasoles, cubos, neveras, tiendas, sillas, etc. Solo de pensarlo me coge toda la pereza del mundo... 

Pero por desgracia, lo peor no es el numerito de familia Ulises, es el comportamiento. La gente no se corta en llamar a gritos a sus familiares o regañar a los niños sin ningún pudor. De eso ya hablé en un post el verano pasado. La verdad es que una se queda atónita ante las palabras que dedican para la "educación" de sus niños... 

Luego nos pasa que por desgracia, hay mucho guarro suelto. Gente que deja papeles, colillas o cosas peores... Eso es más que fatal. 

Con todo esto llegamos a la conclusión que:

- Si buscabas relax, mejor despídete de él... Entre la arena que de vez en cuando te cae misteriosamente encima y el hombre gritando para venderte un refresco la cosa está muy complicada...
- Si tenías en mente la imagen bucólica de la playa, va a ser que no. Tendrás suerte si ente sombrilla y tienda encuentras un espacio digno no muy lejos del mar...
- Si eres sincero, lo que te gustaría es ir a una playa paradisíaca con poca o ninguna presencia excepto la que tu escojas.
- No pierdas de vista a alguna persona o tu sitio: eso puede ser peor que buscar a Wally...
- Si lo que buscas es distraerte y ahorrar un dinerito la playa es el escenario ideal. Es como ir a ver una obra de teatro sin pagar entrada.
- La llegada y la salida pueden ser mortales con los coches y los domingueros. 

Pues sí: las playa es de pobres. Porque todo el mundo preferiría estar en una playa más lejana. Y incluyo aquí los viajes a 600 euros del todo incluido, a alguna playa del caribe. Es lo mismo pero a larga distancia: el comportamiento será el mismo, sólo que al menos no se llevarán los trastos a cuestas.

El lujo es el lujo y se paga. El lujo es ir al mar, en un yate. O ir a una playa sin estas ordinarieces ni comportamientos irrespetuosos. Ir a la playa, sí es de pobres. Moleste o no el comentario, parte de razón tiene...

Suerte que quedan algunas playas tranquilas por aquí... Mejor no contar su ubicación...